20 POETAS MEXICANOS
Selección Mario Meléndez
Prólogo Marco Fonz de Tanya
Veinte poetas-veinte méxicos:
(todo menos un prólogo)
Los poetas escriben para los poetas. Los poetas son los que rinden homenaje a su propio trabajo y todo este mundo se parece mucho a cualquier otro de los tantos y tantos mundos especializados y herméticos que dividen la sociedad contemporánea. Los ajedrecistas consideran el ajedrez como la cumbre de la creación humana, tienen sus jerarquías, hablan de Capablanca como los poetas hablan de Mallarmé y, mutuamente, se rinden todos los honores. Pero el ajedrez es un juego mientras que la poesía es algo más serio y lo que resulta simpático en los ajedrecistas, en los poetas es signo de una mezquindad imperdonable.
Witold Gombrowicz
Ante tales afirmaciones del escritor polaco, tal vez nos queda estar de acuerdo con él o debatirlo de la mejor manera: escribiendo poemas. Hace tiempo Ciprián Cabrera Jasso nos dijo que es una ilusión decir: “Yo soy poeta”. Esa afirmación es incorrecta, ya que “Ser Poeta” es algo que nadie logra Ser. En cambio si decimos: “Yo escribo poemas”, es más cercana esa actividad a lo que se hace en realidad. Entonces, si tenemos en cuenta lo que dice Ciprián, esa mezquindad de la que habla Gombrowicz no existe. Ya que no se puede ser mezquino con alguien que no existe como el poeta.
Dentro de estos encuentros verbales con lo que es la acción del escribir poemas o del ser poeta, nuestro amigo Mario Meléndez hace una selección de 20 poetas mexicanos, asumiendo el riesgo anterior de lo que signifique ser poeta.
Veinte poemas que de alguna forma muestran lo que en estos momentos se escribe en México. Veinte hacedores de poemas que pertenecen a tres generaciones, de 1965 a 1984. Voces varias de distintas latitudes y con formas diferentes de ver la poesía que se escribe en el país.
Hace unos días vio la luz el proyecto de Adán Echeverría llamado, Del silencio hacia la luz: Mapa Poético de México, Poetas nacidos en el período 1960 -1989. Este proyecto selecciona el trabajo de más de 400 poetas en México, eso sin incluir a poetas en idiomas indígenas del país. Que entonces subiría el número a unos 700 o más.
Se podrá cuestionar si en verdad todos los incluidos son poetas o serán poetas en algún momento. Pero eso al final de cuentas sólo le corresponde al tiempo y a la poesía.
La selección que hace Mario Meléndez es más decantada y se podría hablar que, aunque pequeña, la muestra logra dar un amplio panorama de las tendencias sobre temas, formas e inquietudes de cada uno de los poetas. Un poema por cada uno de los autores hace que la lectura sea fluida y podamos interesarnos en el trabajo de los antologados.
Poetas que cuando leemos el poema olvidamos la edad o los detalles biográficos.
Afortunadamente todas las voces que presenta Mario Meléndez son voces que, de una u otra manera, han hecho de la poesía su proyecto de existencia. Y como toda buena muestra, es plural y llena de sentidos concretos y caminos varios.
Lo que escribió en su tiempo nuestro amigo Gombrowicz, aunque en apariencia siga existiendo, dejó de ser hace ya un buen tiempo. Así como hace tiempo en México se dejó de ver a la poesía como algo que podía ser conducida por un sólo hombre. Reyes, Martínez y Paz han pasado a ser un objeto más de estudio literario y dejaron su lugar a la pluralidad que el país necesitaba. Aunque hay por ahí uno que otro “poeta” o instituciones que quieren todavía pensarse como dueños de la poesía mexicana, esto afortunadamente ya no sucede tan fácilmente.
Son tantas las manifestaciones de diferentes tipos que se dan en México, que ya no podemos pensarnos como los que llevan la batuta. Mas como una comunidad que lleva la palabra como herramienta común y luminosa.
Así el trabajo que hizo Mario Meléndez de 20 poetas mexicanos se agradece de una forma profunda y maravillosa.
Siempre es bueno sentirse acompañado en el camino por el poema y continuar escribiendo poemas y soñando poemas y ser parte, al final de cuentas, de ese animalito raro y extraordinario que es el poema.
Marco Fonz de Tanya
México, 2008
MIGUEL ÁNGEL ORTIZ
(1984)
El cuaderno de las resignaciones
(fragmento)
tal vez otro día me hubiera puesto a dormir
pero cada quien sabe cómo se olvida un suplicio
cada uno sabe como sobrellevar
la máscara que cae al suelo y se destroza
me ha dolido el cuerpo de pronto
como si toda la vejez del mundo se me juntara
no quise ver el cielo y sus funerales
no escuchar músicos con sus demonios dentro
me quedé esperando nada más
a ver si el tiempo se hundía por sí solo
lúgubre luz de las resignaciones
rendija de la pérdida y la salvación
no me dormí ni apague la lámpara
porque el mundo debe vivirse con todas sus piedras y abismos
hay un principio en el calabozo de la noche
pero lo hay también al quedarse quieto
los ojos están aquí y en todas partes igual al péndulo
- ese agujero que se traga a la vida -
unos y otros
como los hombres
como las historias que cuentan al hombre
y que los hombres cuentan a sus descendientes
no me dormí ni apagué la lámpara
para decir que había vivido
AUDOMARO ERNESTO
(1983)
Carta a César Vallejo
J´ai tant neigé
pour que tu dormes
Georgette
Vine aquí
y me doy cuenta que la frialdad de los parisiens
es intraducible al calor de nosotros
hermano
Es raro que de todas las casas del mundo
hayas escogido ésta
En nuestros países aún florece la miseria
los cartoneros son dueños de las calles
y el progreso es promesa que aparece
en los diarios
Es raro César
que toda tu cólera sea ahora esta piedra
y que estos heraldos
bajen y se posen sobre tu silencio
Cuántos poemas tuyos no habrán escuchado estos árboles
cuántas cosas no le habrás dicho
a esta tierra gris y fría
Seguramente los otros te observan
cuando sales de tu muerte a caminar en harapos
Seguramente conocen tu poesía
y tú la de ellos
Recuerdo cuando eras tema de charla
y te maltratábamos sintiéndonos los mejores necrólogos
Hoy ante ti
el río que soy se desborda por los ojos
la misma agua que deseaste cuando no era tiempo de partir
Hoy el cielo tiene limpio el rostro
y lejos está aquel deseo tuyo
Pero si debo decir la verdad
si tengo que confesarte la razón
que me trajo hasta aquí
es para decirte que
yo nací no cuando Dios estuvo enfermo
sino el día que los ángeles y yo velamos su cadáver
(escritura hospital de enunciados)
Recuérdalo querido César
toda tu muerte
ALEJANDRO CAMPOS OLIVER
(1983)
Las hojas del ficus son corazones de estrellas
Las hojas del ficus son corazones de estrellas
Se elevan como manada de gestos que zurcen mares
trepan el aire como gorriones de vuelo zigzagueante
Las hojas del ficus son corazones de estrellas
Se elevan como manada de gestos que almuerzan telarañas
leen el fuego como nerviosos búhos
Las hojas del ficus son corazones de estrellas
Se aman Se remiendan como el fuego
Se montan como el polvo
Se engullen como el mar
Se repasan como el aire
Perennemente breves
Perennemente huidizas
Sólo son hojas
Sólo se aman
Sólo se elevan
RODRIGO CASTILLO
(1982)
Anti-beatle
Que me declare anti-beatle
no quiere decir
que me declare sumiso
he puesto a prueba
mi hombría
escribiendo versos
a escondidas
padre:
—deja de escribir puterías
ni me declaro
anti-beatle por el gusto
de la fauna.
Fauna*
::::::::::*Léase escuchando Dont let me down
Canta el cerdo
para que no le metan navaja.
CARLOS CONDE
(1982)
Habría que limar los versos
y despojarlos de frases hechas
de metáforas inaprensibles
Pasar encima el filo del cuchillo
y rasurar el texto
palabra por palabra
Purgarlo de adverbios y adjetivos
Deshacerse luego
de núcleos nominales
podar estas líneas
hasta abstraer en los trazos de las letras
alguna forma vaga de caléndula
y tal vez entonces
Ninfa
tu belleza vendrá para habitar la página
ALÍ CALDERÓN
(1982)
Desde la siniestra imparcialidad
con que estoy mirándola…
Ramón López Velarde
Amanecí lopezvelardeano
enamorado incontinente de mis primas
maculando en cada singular atisbo
el honor de todas las Fuensantas mis cercanas
transeúntes niñas inocentes
y mujer cualquiera que delata invariable
a cada paso
iris pupila y globos oculares de fálica falicidad rampante.
amanecí lopezvelardeano
con la faz de mis mujeres sus facciones
tatuadas al genital en dulcedumbre.
Lopezvelardeano
atilaico mánchur en praderas
de leves y tempranas flores
velardeano
florismarte de todas las Hircarias
urbi et orbi
con un cierto sutil sabor a sexo
que acompaña mis lances
mis victorias y blande
asimismo
algunos de mis más catastróficos versículos.
ANTONIO ESCOBAR
(1982)
Putas para Eleusis
Trabajas los días las horas los misterios
cantas palabras exactas en cada verso
caminas mil veces los dos metros de tu celda
los jardines de tu reclusorio invades
con versos centelleantes y miradas a Pisa
Cabalgas sobre las horas de tu muerte en ciernes
Cabalgas un equino llamado Isabel Santa
Cabalgas hacia la locura superior de los dioses
Cabalgan tus versos sobre Yeats Elliot y Joyce
Sí, llegaron tus cantos a las fiestas de Eleusis
y se vuelven parte de sus misterios tus versos
para cantarles a Perséfone y Demeter
aquí, en esta lóbrega ciudad de Washington
donde los ánades cruzan el cielo en estrépito
iY tú, Ezra!
le pides a tu celador putas para Eleusis
porque sabes que esta vez no llegarán las vírgenes.
RUBÉN MÁRQUEZ
(1981)
Galería de poemas
***
Hay mañanas en que despertamos
sintiendo aún el peso de la noche
su humedad aletargada
y respirar el mar no es suficiente.
Hay mañanas en que algo se nos ha ido
algo ha descendido a lo profundo de los cuerpos
dejando un sabor amargo entre los labios.
Hay mañanas en que nuestros barcos no se encuentran
en que las olas se alejan simplemente y no regresan
en que todo se marcha hacia una tarde sin nosotros.
Hay mañanas en que amanecemos solos
sin las ganas de tocar el mar que nunca llega
tal vez aquellas horas
nos dicen que el mar es una ausencia interminable.
IVÁN CRUZ
(1980)
José de San Martín
Nada perderemos,
iremos a otra tierra,
hallaremos nuevos mares,
nuevas gentes,
nuevas ciudades llenas de colores
y sonrisas;
pero nuestra patria irá con nosotros,
a donde quiera que miremos
la patria estará allí,
esperándonos.
Nada hemos perdido
ni el amanecer desangrado del Cuzco,
ni los nidos de la torcaza araucana,
ni los muros dormidos de Macchu Picchu,
ni el color del maíz al desgranarse,
todo está en nuestro corazón
a la espera de nuestro regreso,
no temamos al viaje,
sigamos hasta encontrar
tiempos propicios para el regreso,
no hay nada que temer
aun en la muerte
la patria vendrá a nosotros
y traerá el rocío nocturno
del río de la Plata,
y el sol carmesí de los Incas
que en vida tanto regocijaron
a nuestros corazones.
ÓSCAR DE PABLO
(1979)
Plaza Luis Cabrera
Desde su antigua noche, todas las palabras
duermen: vela solo el sopor; cocodrilo sonámbulo bajo el flujo del cobre,
su pesadez transcurre, va nutriendo la tierra con si pulso de aceite:
frescor, noche pulverizada en chispas
diminutas.
Pero las cosas todas que aquí somos,
las cosas y sus ecos, somos también
la plaza: este silencio nuevo hecho de agua,
los vestigios exhaustos de un cartel
que la lluvia ha leído ya demasiadas veces,
la niñez fragmentada en cuatro o cinco
especimenes húmedos, la tubería salobre y sus follajes internos,
el sexo como un rostro en las ventanas, la anciana que se pudre
con sus medias de nylon desvaídas
y la fuente,
donde un relámpago tirado
yace.
ANTONIO RODRÍGUEZ
(1977)
Serenata para Gioconda dormida
Para G.G.G.
Tú no sabes, Yoko
que yo soy un cacto triste
-miserable-
una nube de huesos remendados
un tractor pidiendo permiso
para despegar.
Tú no sabes, Yoko
que una canción es un charco de tiempo
un árbol errante
y que montado en mi potro
de trapo y estopa
cantando mis himnos
cabalgo dejando un rastro de lodo
en las alfombras del rey.
En cambio, mi Yoko, tú sabes
hacerle el amor a una silla
cantar al compás de las puertas
cerrar las ventanas
en vísperas del huracán
Tú, Yoko
tienes los brazos de luna
que busca Cosette
por eso te canto
sin despertarte.
Entérate niña
este arrullo
de letras
es tuyo.
JAIR CORTÉS
(1977)
Enfermedad de talking
Puso incendio para el café,
quitó la tapa del cerillo
y se sacudió los perros de la cabeza.
La ventana de su librero
dejaba entrar la caja vieja de zapatos
que días antes había visto envuelta en el diciembre agrio tostado del vaso.
Miró su rostro en el cajón:
sintió entonces la pintura correr por su latido,
ánimo del suelo el de su cuerpo recostado sobre la fina azotea comprada en Venecia.
Preguntó por ella:
respondió el toc (tic tac) toc de un pájaro que voló dentro de la licuadora.
-No sé más de mí-
contestaron las voces terribles de su gripe
que, a estas alturas de la fragancia,
habían ya cocinado una pasta compuesta con letra de molde.
Dijo adiós,
pero un ligero, casi imperceptible bosque,
le abrazó de pronto, y ella, de sí,
volvió otra vez a lo real
y contempló la cuchara ciega
que buscaba, esta vez,
azúcar por encima de la mesa.
TANYA DE FONZ
(1976)
Abanicos
Mi rostro es la mayor de mis derrotas
Mis piernas se abren
sobre tu cuerpo
como alas de paloma
y es a mi sangre tierra
a quien encuentras
En ella labras
jeroglíficos
que sólo mi corazón
entiende.
***
Amado:
No es que tu voz tenga que escanciarse
Tampoco que tu cuerpo tenga que adaptarse
/al espacio sometido
A nadie le gusta el grito
cuando va cargado de huesos.
***
Levanto hierbas y plantas aromáticas
para construir la hoguera.
Mañana llegan en vuelo las flores.
Ellos…
quieren creer que son ellos
quienes nos incendian
pero son nuestras manos
nuestro hocico volteado.
Mañana llegarán en vuelo las flores
nos darán la mano y seguiremos resucitando.
HUGO DE MENDOZA
(1976)
Piscina sirenaria
Al parecer
Con su limpia densidad
La piscina atrae a las muchachas.
Sentadas Hunden sus tobillos.
En un grito caluroso
De un ambiente primavera
Talvez comience el alborotar de nadadoras.
Una pequeña -Apenas con diez años-
Se acerca al zafírico vitral.
Su trenza de materna artesanía
Es un lirio
Que hace táctil el matiz radiante.
La niña viene con sandalias Salta
Y al caer a la sábana turquesa
Estalla una pirotecnia de cristales;
Añicos de marinos astros
Festividad toda en el pecho del agua.
Yo le miro. Ríe mucho.
Cual infantil sirena
Nada en el rectángulo del mar. Canta.
Su canto es la transparencia más fina.
En su nado silencioso
Como cuando se oculta una medusa
La travesura es mojar a las jovenzuelas.
Quiere diluir sus maquillajes
Hacerlas niñas
Que sientan aletas verdes Rojas
Que al sumergirse
El hundimiento sea un pliego
De naturaleza viva.
Las adolescentes en cólera
Rabian un lenguaje torpe.
Frunciendo el ceño la niña Se aleja.
Sólo el agua le acompaña
Sólo el agua le simpatiza.
Y en un consuelo
La piscina crea una artificial marea.
Su ensoñación es reconvertirse en sirena.
La pequeña Flota dentro de azulejos.
Entonces se precipitan las muchachas.
Arrojan sus peinetas
Sus espejos.
Recordando que alguna vez
Soñaron ser sirenas.
ALVARO SOLÍS
(1974)
Styx
Largo, lo que se dice hondo,
es el cauce de los ríos que no llegan al mar
y llevan en sus aguas a todos nuestros muertos.
Hondo, lo que se dice largo,
es el río que no abandona su cuenca.
Largo y hondo, lo que se dice ancho,
es el río que lleva a la amargura,
invisible por debajo de las calles
en el dolor de la madre que ha perdido a su hijo,
en el dolor del hijo que nunca conocerá a su madre.
Largo, hondo, lo que se dice invisible,
recorriendo el tiempo de la vida cotidiana,
la luz de los semáforos,
y en las llantas desgastadas de la ira,
río, invisible río,
que de tan hondo, que de tan largo
parece no llegar y llega.
Largo, lo que se dice hondo,
hondo, lo que se dice turbio,
amargo es el río que será necesario cruzar cuando anochezca.
ROCÍO CERÓN
(1972)
Habitación 413
Que nadie contradiga cuan abierto es el deseo
de estar así, bajo las sábanas de otoño,
mirando destejer del día a las sombras.
Que nadie ose (no mientan, no sean púdicos) decir
que en este lecho de herido no hay gozo,
lascivia, encantamiento.
Que nada irrumpa tan excelso instante, que nada evite
el contacto de la gasa sobre el cuerpo.
Que nadie venga
(¡cómo no odiar a las visitas y sus lánguidos consuelos
y su encendido morbo por la muerte!) a escuchar
la respiración atrofiada, el quejido
—una y otra vez, una y otra vez—
de dolor profundo, oculto.
Que nadie mire este despojo de hombre
—ya flor, ya hierba, ya esqueleto–
agitándose en la arista del recuerdo,
intentando guardar las mieses, el sudor,
la breve valentía de ser presa.
Que nadie roce sus labios, manos,
que nadie toque nada.
No recorran esta habitación, esta ciudad cercada,
huelan sólo la fragancia del espino.
MANUEL CUAUTLE
(1971)
Xxxx
Existe un pasillo
de ladrillos rojos
donde
en noches de lluvia
los caracoles
corren en el
tiempo
son fieles al desplazamiento
los excita
recuerdan
que son hermafroditas
se miran las antenas
y se burlan de los viejos
que pasan a su lado
tienen un caparazón
pletórico de truenos
que se libera
y penetra
en la profundidad
de los oídos
eterna venganza
al ser asesinados
cuando los aplastan
crean resbalones
se vuelven
parte de las suelas
especialmente
en la de los niños
para que sientan
el primer dolor
de la muerte
MARIO BOJÓRQUEZ
(1968)
Gacela de negra y doliente raíz
I
Qué negra es la raíz
y qué amarga
y qué doliente
es la raíz del sueño
en donde tú, gacela,
de pie sobresalías
con una flor abierta entre los dedos.
II
Qué negra
he dicho
pero la verdad
es preferible
decir
qué oscura la memoria
y qué hueca
mi voz.
III
Qué oscura la memoria
y qué hueca
mi voz
en aquel sueño
en donde tú, gacela,
de pie sobresalías
con una flor abierta entre los dedos.
IV
Qué negra la memoria
y qué oscura raíz
y qué amarga
y qué doliente.
V
Con una flor
abierta entre los dedos
sobresalías
de pie
y había un abismo
entre tu vientre fértil de gacela
y la caricia ansiosa de mis manos.
ÁNGEL CARLOS SÁNCHEZ
(1967)
Muriendo de amor por esa perra
Para ella, es decir, para nadie
Es bella la asesina:
tiene su mirada el filo de un diamante
y de su piel emana una toxina alucinógena;
su cuerpo es una parvada de aves ciegas
que vuelan hacia el mar por puro instinto.
Es bella: de sus pasos brotan árboles de sombra,
y alrededor la luz llovizna y quema el suelo.
Es poca cosa compararla con la sangre,
pero es hermosa como el brillo de una herida,
como una pequeña dosis de suicidio.
Es bella: su palabra forma huecos en lo oscuro.
Es hermosa y lleva entre los dedos,
como ramo de flores palpitante,
un agujero negro en expansión.
MARCO FONZ DE TANYA
(1965)
El pensamiento feroz de algo pequeño
Cuando éramos bellos e inmortales y las moscas y gusanosestaban lejos de nuestra nítida visión de niños sobre la tierra.Cuando ella era un vestido en donde colgar los sueños.
Cuando era ese grano sorprendido en la tortuga que/viaja por galaxias.
Cuando nuestras manos eran ciegas y descarnadas
buscando miel y llanto
nuestros pies eran sombras lunares
mandadas a lavar con diosas y termitas
nuestros cuerpos eran el hueso
donde se regocijaban el perro o la rata.
Éramos todo eso y la tierra era joven y lejana.
Cuando teníamos la inocencia estúpida bajo las axilas
y un monstruo de dos cabezas dormía en la misma almohada.
Éramos tú y yo terribles insectos devoradores de ideas, de silencios.
Cuando como brillo de un pensamiento o relámpagos de sabia luzexistíamos incómodos buscando preguntas dentro del sombrero,dentro del conejo, dentro del mago.
Cuando éramos bellos e inmortales fuimos engañados,
entonces yo, era un imbécil confiado, y tú, gentil y en silencio,nos dimos de amantes contra el suelo.
DATOS DE LOS AUTORES
Miguel Ángel Ortiz (Durango, México, 1984).Docente, poeta, crítico literario. Ha ganado importantes reconocimientos, como el Premio Nacional de Poesía Joven “Elías Nandino” (2005) y el Premio Nacional de Poesía “Amado Nervo” (2008), entre otros. Ha publicado “Cuaderno de las resignaciones” y mantiene varios libros inéditos. Actualmente dirige un taller literario en el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC) y preside la Sociedad de Escritores de Durango.
Audomaro Ernesto (Villahermosa, México, 1983). Poeta y ensayista. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tabasco en “Jóvenes creadores” (ensayo). Estudió Comunicación en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y Letras en la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, Argentina. Actualmente es becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en poesía. En otro tiempo decidió “autoexiliarse” en Madrid, París y Sarrebourg.
Alejandro Campos Oliver (Cuernavaca, México, 1983). Licenciado en Docencia (área humanidades). Entre sus libros figuran: Oraciones Temblorosas (2005), Ciudad Insomne (2005) y Tiempo Azul (2005). Compilador de -Muestra de poesía Morelense Contemporánea- (2005). Becario en el área de literatura del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos (2004-2005). Ha participado en numerosos encuentros literarios nacionales e internacionales en México, Canadá, Cuba, Perú, Ecuador, Colombia y Uruguay.
Rodrigo Castillo (Ciudad de México, 1982). Coordinador de colección y consejero editorial de Ediciones El Billar de Lucrecia Poesía Latinoamericana; jefe de redacción para la revista Tierra Adentro; obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven "Jaime Reyes", UACM, 2006. Ha hecho traducciones del portugués al español de Haroldo de Campos, Ferreira Gullar y Camila do Valle.
Carlos Conde (Puebla, México, 1982). Es poeta, narrador, ensayista y promotor cultural. Su poesía aparece en diversas antologías. Ha obtenido el Premio Filosofía y Letras en la categoría de Poesía (2005) así como en la de Ensayo (2006). Ha sido becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla en la categoría de Jóvenes Creadores en la emisión 2007. Coordinador del Coloquio Internacional de Narrativa Mexicana. Actualmente estudia el Doctorado en Literatura Hispánica en el Colegio de México.
Alí Calderón (Ciudad de México, 1982). Es poeta, editor y crítico literario. Maestro en Literatura Mexicana. En 2007 recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. Fue merecedor, en 2004, del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Becario de la primera generación de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía. Es autor del poemario Imago prima y Ser en el mundo; del libro de ensayos La generación de los cincuenta y coordinador de la antología La luz que va dando nombre 1965-1985 20 años de la poesía última en México.
Antonio Escobar (Puebla, México, 1981). Es poeta y ensayista. Maestro en Literatura Mexicana por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha colaborado en diversos suplementos y revistas literarias. Es coautor de la antología La luz que va dando nombre: veinte años de la poesía última en México editada por la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla. Forma parte del jurado de arbitraje del Suplemento Definitivamente jueves.
Rubén Márquez (Puebla, México, 1981). Poeta y ensayista. Es licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica y Maestro en Literatura Mexicana por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado en libros colectivos, revistas literarias como alforja, Crítica y Cultura de Veracruz y en diversos suplementos culturales. Ha sido antologado en La luz que va dando nombre (1965-1985): Veinte años de la poesía última en México. Su primer poemario Pleamar en vuelo está por aparecer en Ediciones Alforja, Arte y Literatura.
Iván Cruz (Ciudad de México, 1980). Poeta, ensayista y traductor. Terminó la carrera de Lengua y Literaturas Modernas Inglesas en la UNAM. Actualmente se desempeña como secretario de redacción de la revista de literatura Viento en vela. Es autor de Tiempo de Guernica. Poemas suyos aparecen en diversas antologías y revistas literarias.
Óscar de Pablo (Ciudad de México, 1979). Poeta, ensayista, traductor y activista. Ha publicado los poemarios La otra mitad del mundo, Los endemoniados, Sonata para manos sucias y Debiste haber contado otras historias. Estas tres últimas obras recibieron respectivamente, el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, el Premio Jaime Reyes de Poesía Joven de la UACM y el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes. Ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y el FONCA.
Antonio Rodríguez (Torreón, México, 1977). Dramaturgo, poeta, fotógrafo, trovador. Es autor de los discos Rolas, De vuelta a la madera y De acordes y caracoles. Actualmente cursa la maestría en Estudios Latinoamericanos en la UNAM y coordina el Taller de Lírica en la Escuela de Música del Rock a la Palabra. En 2007, obtuvo el Premio Nacional de Literatura INBA con la obra de teatro El vuelo de Cliserio.
Jair Cortés (Calpulalpan, México, 1977). Poeta y traductor. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Su obra ha sido incluida en diversas antologías de poesía mexicana. Autor de los libros A la Luz de la sangre (1999), Tormental (2001), Contramor (2003) y Caza (Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta” 2006). Parte de su obra ha sido traducida al portugués, náhuatl, inglés, mayo, tsotsil, francés y catalán.
Tanya de Fonz (Guadalajara, México, 1976). Poeta y actriz. Ha publicado las siguientes plaquettes y libros de poesía: Jocabed y la ranura abierta, Pequeño Panfleto en Gran Formato y Otras Cuartillas, Indagación de lo correcto, Ronda de muertos y Abanicos. Ha participado en las publicaciones colectivas: Voces varias a veces líquidas. Muestra de poetas jaliscienses y 100 poetas del Mundo. Actualmente es coeditora de la Editorial Andrógino y forma parte de las compañías de Teatro El ojo lleno de dientes y la Escena Muda.
Hugo de Mendoza (Guadalajara, México, 1976). Poeta y editor. Mantiene varios libros inéditos de poesía, entre ellos Sebastián y El tango del ángel es el movimiento tuyo, de próxima publicación. Algunos de sus textos han sido traducidos al portugués. Ha sido publicado en diarios y revistas de divulgación cultural. Fundador del colectivo Literajen. Actualmente dirige la revista literaria “el golem”.
Alvaro Solís (Villahermosa, México, 1974). Licenciado en Filología y actualmente cruza la maestría en Literatura Mexicana en la BUAP. Ha publicado tres libros de poemas. Por su obra ha recibido los siguientes reconocimientos: Premio Clemencia Isaura de Poesía 2007, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2006 y Premio Tabasco de Poesía José Carlos Becerra 2003. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes y de la Fundación para las Letras Mexicanas.
Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972). Poeta y editora. Ha publicado Basalto, por el cual recibió el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000, en poesía; Litoral, Soma y Apuntes para sobrevivir al aire. Ha sido becaria del FONCA en su programa de Jóvenes Creadores en las emisiones 1998-1999 y 2006-2007. Es editora de Ediciones El billar de Lucrecia, dedicada a la reciente poesía latinoamericana, y fundadora del colectivo MotínPoeta dedicado a proyectos interdisciplinarios cuyo punto de partida es la poesía. Obra suya ha sido traducida al inglés y al alemán.
Manuel Cuautle (Ciudad de México, 1971). Poeta, fotógrafo y promotor cultural. Estudió Lengua y literatura hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es autor de los poemarios Delirios, Cuerpos nómadas, Emulación de la tierra, El suicidio del caracol y En la partitura del exilio. Su obra literaria ha sido publicada en revistas nacionales e internacionales. Fue miembro corresponsal del Instituto de Documentación e Investigación sobre la Literatura Platense en la Ciudad de México. Organiza las Jornadas de Poesía y Poetas de América.
Mario Bojórquez (Los Mochis, México, 1968). Poeta, editor y traductor. Ha publicado Pájaros sueltos, Contradanza de pie y de barro, Diván de Mouraria, y El deseo postergado, entre otros. Poemas suyos han sido incluidos en diversas antologías y revistas literarias. Ha recibido innumerables becas y distinciones. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués y alemán. Actualmente se desempeña como editor asociado de la revista Biblioteca de México y coordina el taller de retórica de la Fundación para las Letras Mexicanas.
Ángel Carlos Sánchez (Acapulco, México, 1967). Ha publicado nueve poemarios, entre ellos: Muriendo de amor por esa perra, Huecos necesarios, Luz ultraviolenta, y Caminar el miedo. De narrativa tiene tres libros editados: Hidrofilia, Emboscada y 101. Como artista plástico ha realizado exposiciones individuales y colectivas a lo largo del país.
Marco Fonz de Tanya (Ciudad de México, 1965). Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha impartido talleres de creación literaria en diversas ciudades de México y desempeñado labores editoriales. Entre sus libros figuran: Los animales mal llamados hombres, Intermedio absurdo en una función de medianoche, Del hominem amorfo, Cantos siniestros a Chiapas, El ojo lleno de dientes, Los buscadores de Shavana-Lamar (Premio Estatal de Poesía Rodulfo Figueroa/Biblioteca Popular de Chiapas, 2002) y Oziko.