Tumbas

a Leo Larini

Tumbas en Manhattan de hombres en camisas

de mangas cortas marca Manhattan

mezclados con ejecutivos de corbatita zen

camisa hawaiana y ojotas

 

de aquí parten directo al Cielo

que los clasifica en el viento

como la muerte que silba

oh cabeza

por encima de los pantanales

 

necrópolis invadidas por los cangrejos de la

inmortalidad

inmorales recordatorios

astucias de los olvidadizos

 

hay tumbas de todo aspecto,

hermano mío

una inmensa variedad

para las innumerables inclinaciones

más o menos humanas

 

santos sepulcros

alcobas de terciopelo

cuevas

minaretes

rosedales meados por los perros con ojos de vitreaux

 

millones de tumbas

una

encima

de

la

otra

 

de acá al infinito

cuerpos derritiéndose en la luz de un barro santo

 

pero no te apenes,

es solamente el pan de la nada hecho de polvillo de

huesos

 

(lo mismo que mamá nos sirve en el desayuno)

 

 

 

 

Oración a Neal Cassady

protégenos San Neal de la muerte

y espanta la muerte del camino

con polvo de tus huesos de risa

apuntando hacia el oeste ilumina

las señales

las ventanitas temblorosas

lo que vemos languidecer

a un costado de las rutas

 

refuerza las sandalias del pecador

y de los hombres sin fe

refuerza los frenos de los malos conductores

y los elásticos de las camas en las pensiones baratas

 

protégenos de las falsas alarmas

del cielo

de los distraídos

y de la luz mala de los patrulleros

 

sálvanos del tiempo que se pierde

de los que perdieron los códigos de las carreteras

y de los filibusteros

y las cabinas de peaje

 

cobija nuestras almas bajo la inmensidad

de las nebulosas

pasando a través de la noche

con ojos sacramentales

rumbo a lugares tan extraños como

Capilla del Monte

Bragado

o Membrillares

 

cobija los corazones de nuestros amores perdidos

y de los dulces enamoramientos imposibles

y cántales las canciones de Chet Baker

para que no sufran

 

déjalos pasar

déjalos volver

y que no cuenten los kilómetros

ni vean fantasmas en el espejo retrovisor

 

protégenos San Neal de la muerte

y espanta la muerte del camino

 

Dead Man Walking

(tercera cantata electrónica del aire)

a Jemand, in memorian

podés ser brujo y babosa
puro colmillo y otros espantos
nube
guirnalda
así cambiando de roles
entre una reencarnación y la siguiente
y despertar o algo parecido
con ninguna certeza en el blanco del ojo
esquivar el fondant agridulce que transpira la luna
y envenena los malvones
y jugar unos boletos a la buena fortuna de los sonámbulos
llegar hasta el otro lado
como pluma o nadando
incluso caminar sobre las aguas
y las brasas
o la sutil atracción de los árticos
y si te agarran en falta los esbirros del Cielo
podés decir dónde estoy quién soy
cómo llegué hasta aquí
y ver así hasta donde se pueda  y el más allá
todo el horizonte como una pintura japonesa
plano contra plano
azul contra azul
todo azul
lo que se pierde se gana
y lo que se encuentra ya estaba allí
desde hace siglos pero se debe
ni modo, manito
en caso de desesperación imprevista
podés encender un fuego en el living
lejos de las ventanas
para no alertar a los vecinos
o también aferrarte a la idea
que sos un beduino y perdiste la caravana
y en el más oprobioso de los desiertos
bajo una noche que nunca llega al fondo
te das el lujo de encender un fuego
y ver lo sagrado que flota en un té sucio
con cara de transeúnte perpetuo
elegante
pase lo que pase
aunque ardan las dudosas mansiones del cerebro
y no haya lugar a donde regresar
u otras imprecisas maneras de morir viajando
en las que algunos hombres no mueren
se dejan de ver nomás
 
 
 

 

Mandalas Bebop

                  6

bares de donde salieron cadáveres perlados temblando

besos partidos en dos barcazas carozos de las frutas

más imaginarias en soñación de náufragos en medio de

caóticos islotes como un rincón de costillas saladas

por la lujuria de la inmensidad sorbida al revés del

planisferio la barra marcada de copas venenosas manos

y escupitajos de prostitutas santas al acecho de un

cuerpo previo a la muerte en venta

                  8

la voz murciélago la lengua mosca puestas de acuerdo

las voces dicen palabras de monstruos que el ojo a su

antojo revira y no se atreve a ver prometeos de una

pupila sola aerodinámicamente a cuestas el peñón en la

mano escondiendo un revólver por más que matarás y

tendrás cadenas for ever and ever en los puños nacen

se esconden moscas murciélagos el monstruo parla que

parla la palabra amigo la palabra promesa la noche

arriba engatusa chispazos de linterna pura

mierda existencial excepto la muerte

                  12

ah si fuera sólo la muerte un mandala un remolino bebop

luz innecesaria anécdota en la última carretera al sur

disponible de uno un horizonte electrizar de vértebras

casi una pampa chata alquimia de otro acostumbramiento

                  17

ríos de donde emergieron cadáveres temblando como perlas

maldecidas siluetas de eterna tiza o talco en una y otra

dirección espinas bordes blancos formatos atornillados a

plazas de palomas memoriosas

                  33

"His life in my mouth

 

is less than a man

 

his death on my

 

breast is harder than stone"

 
…………………..

De Lima a Chiclayo

escribo ahora
a cuenta de lo que ya pedí fiado al cielo
y me cuelgan los harapos de las noticias más horrendas
espasmos de criaturas
acuchilladas en las puertas de las discotecas.
 
me cubro con esos trapos
lo que vestí una vez al costado de una
espantosa
ruta
panamericana
y viajo en un Datsun
de Lima hasta Chiclayo
con dos sujetos drogados
que podrían apuñalarme
por un mísero cheque de viajero de 20 dólares
 
mierda de bruma
colgando de las nubes
y los balcones en balanceo eterno
sismo de la desesperación de las avenidas
donde están los hoteles de mala muerte
el karma
el infinito dolor sobrevolando todo
 
me da igual
no me quejo bajo el cielo
azul fantasmal de borrachera pasando
pensando en Ginsberg intentando dormir
entre las pulgas del Hotel Comercio
 
Ginsberg frío en la soledad de Lima
y bombillas de luz raquítica
 
pienso en la Muerte
jugando a que es la última noche que duermo
en una cama decente

 

 

 

 

Once upon a summertime (Chet Baker vive)

 

 

 

A las cinco de la tarde

de una tarde cualquiera

Chet Baker todavía vive.

 

Hay un tumulto de nubes hacia el oeste del cielo,

un par de benteveos

y el zumbido de las abejas revoloteando sobre el trébol.

 

A las cinco de la tarde

de una tarde cualquiera

hay millones de sonidos

en millones de lugares,

cualquiera sea la hora sobre la tierra.

 

Están las transmisiones de radio,

canciones llenas de cencerros y trompetitas 

y gentes vociferando barbaridades

alrededor del planeta.

 

Está el ruido de los puertos.

Está el ruido de los gallineros,

el de la selva,

el de los camiones en las rutas.

 

Supongo que hay ruidos como el de los pintores de autos,

o el ruido sigiloso de los bazares,

el del papel de envolver, el de los radares,

el de las tripas de los elefantes

y el de las tripas de los que cazan elefantes.

 

Pero a las cinco de la tarde

de una tarde cualquiera

en algún lugar parecido a este,

a pesar de la inimaginable cantidad de ruidos,

algunos más molestos que otros,

hay un tipo escuchando la trompeta de Chet Baker.

 

 

 

 

 

 

17

The cat walk

 

                                                                     a Leo Larini

 

 

 

 

Un gato no es para cualquiera.

O sea, no cualquiera se banca un gato.

No me banco la gente que no se banca los gatos.

La función de un gato es ser un gato.

Nada más que un gato.

Los que no soportan a los gatos no soportan ser

nada más que lo que son.

Los que no soportan a los gatos nacieron para que otros

no soportaran a otros

y así la especie se volvió insoportable.

Al lado de un gato un faraón no era más que un faraón.

Pruebas al canto: ya no hay más faraones.

Al lado de un gato,

si un gato nos elige para estar a su lado,

somos alguien al lado de un gato,

y eso es impardable.

 

 

 

(c)SERGIO RIGAZIO

 

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Sergio Rigazio (Buenos Aires, 1957) ha publicado los siguientes libros de poesía: Espejo Retrovisor (Puebla, México, 1979), Lo que cuelgan los lunáticos (Cuadernos de Villa Tranquila, Junín, 1986), Mandalas Bebop (Ediciones de La Pampa Chata, Junín, 1996), The Buick Project y otras canciones de viaje (Ediciones LLanto de Mudo, Córdoba, 2006) y las novelas Los Pelados (Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 1999) y Maragám Blues (Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2006)