PAPELES EN LA NOCHE Y OTROS POEMAS-  EDUARDO DALTER

                                                                                                   
         PAPELES EN LA NOCHE


Hay algo que no entiendo,
       me dije.
Una tabla, o un retazo de
       memoria,
quedó en algún lugar, o
       bajo tierra.
Un viento, a veces, alguna
       hora,
dan indicios de esa
       pérdida
o ese pozo; como si una
       raíz extendida
hubiera cesado en algún
       tiempo
(y en mí mismo); una raíz
       arrancada
y puesta a secar lejos;
       lejos
de la vida y de las cosas.





    EL HOMBRE DE BOLSO AL HOMBRO


El hombre de bolso al hombro que va
       en el estribo,
agarrado como puede, y ve pasar las
       vías
velozmente, con sólo abrir su mano
       llegaría
no a la próxima estación sino al otro
       mundo,
el mundo ciego que lo mira, en la
       mañana
temprano, casi noche, y en la tarde.
       Pero
él sigue, y el país sigue, en el férreo
       estribo
de estos años, entre señales y señales,
       soberbias
y soberbias, canciones y canciones,
       esperando
que no llueva ni truene, y en llegar a
        la estación,
aunque con una tristeza que, a fuerza
       de sola costumbre,
ya es casi una alegría que merece un
       festejo.







              FURGÓN DE CARGA


En el oscuro furgón de carga,
       repleto
de bicicletas viejas y triciclos,
       viajan
los cansados y los desolados
       del tren.
Hablan a media lengua, en
       un lunfardo
duro, en voz alta, mientras
       sube
un espeso olor a yerba, que
       comparten.
Pero en el fondo, reina el
       vacío,
que el país de estos años
       inventó.
Hay momentos en que crece
       el silencio,
que se hace de piedra en los
       rostros,
mientras las estaciones van
       pasando,
y es como si todos dijeran
       algo
íntimo y muy triste a la vez,
       que nadie escucha.






                       AIRE DURO
                         Dos poemas



             PROGRESOS


Bullen los suburbios, se
       extienden
febriles, en maderas,
chapas oxidadas y
       bolsas
de consorcio; y así luce
       el progreso,
con perros, con cardos
       y con zanjas,
así como en un mapa
vasto de lo que se
       cuece
y lo que talla, entre sol
       y sol,
lágrima y lágrima, que
       las noches
duras abrazan de viejo
       hedor
y de intemperie.




POSTAL


Resuena la música
       desde el galpón
de chapas, que luce
       su cartel
iluminado por dos
       luces
mortecinas, en la
       esquina
donde se juntan las
       dos zanjas,
una que llega al
       espeso
riachuelo y la otra
       que se pierde
entre baldíos. Aún
       no llegó
nadie, excepto esos
       perros
que están ahí como
       esperando
a alguien, o que
       comience
el festival bailable,
       que por aquí,
se ve, tiene ese
       telón
de fondo, mientras
       los colectivos
pasan raudos y
       semivacíos
por donde un día,
       acaso,
entrará con su viento
       el futuro.


           
    Eduardo Dalter

(C) 2013