OTROS OJOS LOS PERVERSOS
Incorruptible como los prodigios de la razón es la paciencia que se opondrá a los depredadores de variada naturaleza que con frecuencia avisoran peligros donde no es dable ver sino posturas, voces en un orden u otro; no van y no pretenden ir más allá de la conquista de ciertas potencias de la tarde al candor, la peripecia y el éxito posible frente al salón desierto; gente cuya presencia esta ligada en grado considerable a los progresos de la farmacología y cuyo discurso fluye a contrapelo de la experiencia de los cuerpos, al ardor con que nos es dado recordarlos. Y tal vez su violencia consista en primer término en el uso reiterativo del suspiro renuente, en el abuso de las cópulas adversativas, habla a la que es tan proclive su barbarie. La hoguera los anuncia siempre al filo del proyecto inocente, cuando sólo resta la ejecución. El vítor vale para ellos lo que para nosotros la blasfemia. Esta horda dispone de un tema favorito cuya demostración la haría ferozmente dichosa: se trata de probar que no hay empresa que no esté de antemano condenada al agravio, el vituperio. El sol los refuta cada día. No obstante insisten en perpetuar sus fechorías y avanzar para ello sobre tímidos bares y vestíbulos, atrevidos, soberbios Contra tal tipo de saqueo es necesario armarse de argumentos más ásperos aún que la memoria del fracaso. De ese modo hemos de perseverar la hierba que seguirá brotando contra sus duros zapatones
ANGEL ZAPATA
DESMEMORIA
Bajo qué túneles yo había sorprendido sus flores de pudor. En que ciudad –pregunto- me vencieron sus dientes. A qué hora su cuerpo blanco como el caballo de la nieve.
ANGEL ZAPATA
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