Poema de amor en el espacio cibernético

 

Abrir o no abrir, that is the question.
Manual of Spanglish

    En la soledad del Espacio Cibernético,
    vagando por la Ruta de los Iconos,
    encontré tu nombre y lo perdí.

    Dispuesto a hallar tu rostro
    en la Pantalla, navegué día y noche
    por las Luces de Eudora.

    Entre en Listas y Memorias,
    anduve en las ciudades virtuales de América Futura
    y recorrí Playas con nudistas holandesas.

    Sexoservidoras sin volumen ni sombra,
    paradas en la Carretera Cibernética,
    me ofrecieron sus brazos infieles.

    Los pájaros volaban inmóviles en la Página Actual,
    los rayos de tus ojos me devolvían siempre al Comienzo,
    los sacerdotes del siglo XXI alzaban el cáliz hacia Todo.

    Ansioso de hallarte envié cartas electrónicas,
    abrí Ventanas, tomé Atajos, exploré Formatos,
    inserté Números, recorrí Bandejas y Basureros,

    me metí en Programas, examiné Fotos,
    Periódicos, Anuncios, Opciones; frecuenté los mares
    del Spanglish, pero tu amor siempre se escapaba.

    El deseo no satisfecho me dio insomnio y ansiedad,
    y ganas frecuentes de asomarme a la ventana
    de un edificio fantástico de cincuenta pisos.

    En el laberinto de los ordenadores vi la Imagen Total de Dios,
    oculto bajo Vocabularios, Informaciones, Descripciones,
    Símbolos y Signos, y páginas de web.

    Después de viajar sentado por la intensa nada,
    creyéndote cerca, siempre lejana, cerré la puerta

    a la vida que se abre y se cierra con un clic

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Llamaré
 

   

     

hasta que las puertas de tu ciudad
fortificada con estatutos inviolables
me acojan como habitante
de la vida que en ti se desenvuelve
igual que la lluvia de silencio
sobre tu cabeza
Gradualmente me impregnaré de ti
hasta que sea humo en tu voz
luz en tus ojos
y haga sobre mis hombros tu futuro
Cuando llegue el otoño
te descubriré al rostro de los  hombres
para que en tus vasos alimenticios
vengan a nutrirse de esperanza

 

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                                                                                LAS PALABRAS NO DICEN


           
Las palabras no dicen lo que dice un cuerpo
                        subiendo la colina al anochecer
            las palabras no dicen lo que dice un colibrí
                        en el aire al mediodía
            las palabras no dicen lo que dice un perro
                        esperando a su amo que nunca volverá
            las palabras no dicen lo que dice el paso de la mujer
                        y el movimiento en el árbol de la mañana
            las palabras no dicen lo que siente un fresno
                        al ser fulminado por un rayo
            las palabras no dicen la sensación de nacer
                        de amar y de morir
            las palabras son las sombras atadas a los pies de un
                        hombre que avanza demasiado rápido entre
                        la multitud
            son párpados de sueño con que el hombre cubre
                        el amor que no alcanza a comprender.


 

 

(c) HOMERO ARIDJIS

 

 

 

 

 

 

Homero Aridjis nació en Contepec, Michoacán,Méjico en 1940. Fundó la revista Correspondencias y fue jefe de redacción de Diálogos. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores de 1959 a 1960. Obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia correspondiente a 1964. Recibió la beca Guggenheim en 1966-1967 y en 1979-1980. Ha sido profesor visitante en University of Indiana y en New York University, también ha sido Poet in Residence en el Translation Center de Columbia University. Homero Aridjis ha sido embajador de México en Suiza y en los Países Bajos. Una recopilación de su poesía se publicó en 1987 bajo el título Obra poética (1960-1986). En 1996 publicó ¿En quién piensas cuando haces el amor?