APARIENCIAS
EL ave de oro,
con su pico de cristal
bosqueja la caza
del rostro de la que soy
y de la cual no puedo fugarme.
Me
incita con sus alas en desangre,
a salir del refugio
e ir al encuentro de su esplendor,
desamarrada
mi piel de las pasiones.
Acecha.
Se agazapa en las cornisas
de mis ojos y juega
a descifrar el acertijo de las lágrimas.
Lágrimas que jamás se desbordan,
que respetan la orilla,
que limitan,
que prefieren anegarse,
que jamás se animan a besar la playa.
Lágrimas que no cesan de libarme,
y es fallido mi intento de sobornarlas
con brasas de su propia hoguera.
De memoria conocen las máscaras
y dónde el cubil del lenguaje que destierra.
Aguardar en secreto,
hasta que mi silencio escriba
sobre un pentagrama de pájaros
las horas auténticas,
para dejarme ir (yo misma)
sin despedirme,
de la que soy en el espejo.
Es la mujer del espejo
-la inhabitada-
la que se niega a creer,
que hay momentos
que jamás regresan.
AUTUMNAL
Testigos
de todo lo vivido,
son estas raíces
que violentan la tierra
hasta sangrarla.
Cientos de filamentos
traspasan mi piel abatida,
dejan al desnudo
la hambruna de mis venas
y todos piensan
que estoy muerta.
Cómo desamar esta orfandad
si de este universo en caos,
soy umbral, a la espera
de lo que en mi se gesta.
Mis resquebrajadas doncellas
emigraron,
seducidas por el esplendor
que en la fuente las espera,
agazapado
en la rueda de musgos.
...Y hasta que el Fénix luminoso
mi renacer impulse...
¿Dónde harán noches mis arterias?
ALGO
DUELE...
Despierto.
La casa está sumida en la penumbra.
Sin hacer ruido, camino por el puente
que la lámpara ha tendido sobre el piso.
Cómplice, la puerta,
no hace ruido al darme paso.
El reloj, susurra que es la hora,
cuando los recuerdos hacen su inventario
y no debo molestar...
Entonces, desafiante,
deambulo como un animal,
sin rumbo ni dueño.
MI
SANGRE NO CALLA...
Desprovista de todo,
―menos del alma que acepta su ley y memoria―
me aferro a los trozos de luz, sumergidos en recuerdos.
Hay palabras atoradas en la garganta que
me demoran el aire y le da tiempo al cielo,
para que escriba su elegía de lágrimas.
Mi sangre, no calla.
Reclama su derecho ancestral y puja hasta liberar el grito.
Las palabras aún no nacidas, intuyen que hay un cielo,
donde la Voz no se repite, siempre será, única e irrepetible.
Y emergeré de las entrañas misma del misterio,
después del silencio tejido por ángeles,
y traeré en los labios mi última soledad
para hacerla canto.
TRAMA
La ciega luz de la lámpara,
desfigura mi apariencia
en los rincones de la casa.
Presiento que, han quedado nudos sueltos,
en la trama del día…
Intento sujetarlos…y te miro…
Pero tus palabras,
dilatan la hebra para el rescate…
Y todo regresa al principio
DETRAS DEL CRISTAL
Una mujer, mira como si viera.
Bebe de un sorbo,
la exacta dimensión de su mundo.
No siente cómo se rompen en su garganta,
los vidrios espejados del shopping,
los restaurantes céntricos,
las torres cinco estrellas…
Mira como si viera, disimula su orfandad.
EN
EL JARDIN
Desde el hueco del silencio
inicia la mirada
su vigilia inexperta.
Cierne sus tenazas la palabra
en mis labios
entumecidos de ocaso.
Detrás del filo destructor
emergen pájaros oscuros
hartos de olvidos
flagelados de soledad
sedientos de piedades.
Desde tu nombre siempre renacido
me llega el eco de lo habitable;
lazos de misterios se trepan
a mis rodillas
y me gana la tentación de cruzar
el plano de lo existencial
como una meta.
Soportar la aurora en los ojos
la cruz cotidiana
la ignominia.
Galopar sobre los dolores
sin más rocín que la dádiva
de un día más.
El halo oscuro que circunda la mirada
miente que aún queda otra aurora.
Siempre las mismas murallas.
Al pie de la fuente un gusano
anhela parirse en vuelo.
PRELUDIO
Me voy. Voy a rescatarme de la rebeldía
de la otra que soy
y nadie conoce.
La que vive en el universo de las palabras vanas,
la que va dejando indicios de fatiga en el puerto de sus labios,
y cuando rehén del silencio,
hace estragos en al alma,
luego maldice la tormenta en su espalda.
Voy a sumergirme en las profundidades de la memoria,
bajo la marchita armadura de mi sangre.
Iré desgranándome en el viento azul de mi marea,
hasta destronar la inútil soledad
a la que me he ofrendado sin reservas.
Me iré sin perturbar el beso ávido de fuego,
sin juzgar la mirada solapada de la penumbra de mi cuarto,
que con su esquema de muros
apaga sus sombríos crepúsculos en mis labios.
Nadie sabrá que me he ido.
Ni siquiera el ángel de mi sombra,
quien sé, indulgente esperará como tantas veces lo hizo.
Sé que regresaré por el umbral de la vida,
esperanzada sobreviviente,
humanizada...
Ya sin ataduras.
OYE BIEN...
Oye bien...
He decidido refutar las sombras
que por siglos atormentaron mi cuerpo
con su sierpe celeste.
Yo palpé los muros del infierno
cuando todos festejaban.
Fui la que parió mil cicatrices
entre pájaros y piedras.
La que decidió volar en el momento
en que todas las bocas
escupían sentencias.
La que tuvo la mirada profética
sobre los libros y las ideas que sembraban.
La que caminó por siglos desgarrada
y cual paria sin bandera,
ocultó las rosas
para que aves carroñeras no la profanaran.
La que lloró en silencio frente al espejo,
al ver tantas Magdalenas
oprimidas en su rostro.
La que amó hasta los tientos
y entre escombros de luna
conoció la cuna del río desenfrenado.
Oye bien...
Porque a pesar de todo lo vivido
en el abismo de mis días,
hoy sacudo el polvo de mis plantas
porque sé no merezco esta
ofensa primigenia,
ni este despojarme con palabras.
Oye bien...
Vengo de las tinieblas
y voy hacia la luz;
quiero recuperar la dignidad sustraída
a través de la historia
y sus falacias.
Ya hubo demasiado dolor y sangre;
ya lo innombrable
no transitará la desnudez de mis pupilas,
azuzando con si debo o no debo quitarme el velo,
antes que las lunas suelten al ave de su jaula.
O si puedo o no puedo decidir
cuántas estrellas llevará mi nombre,
el que, tantas veces denigrándolo,
fue un espectáculo más de su ruindad.
Oye bien...
Por el borde de mis labios
emerge, segura,
la música ancestral de ser yo misma.
He decidido abrazar el signo inmutable: Edén
creado por el lenguaje de mi cuerpo.
Ha llegado el día
en que todos mis silencios
sean arrancados de raíz
para que nunca más la historia me fragmente,
ni se obstine en limitar mi identidad,
ni acallar el reclamo que sostengo.
Oye bien...
Porque vengo de las sombras de los siglos a la luz.
Soy protagonista, irrenunciable
en mi derecho de ser Mujer dignificada.
-Des-Vestirme
I
Tengo por costumbre
andar con coraza
varios días
semanas
el ropaje interno
también se elige
ciñe demasiado
no deja respirar
una decide
qué ponerse
a cada segundo
una siempre decide
pero, eso de usar
—por dentro—
la misma vestidura
cansa
enloquece
duelen
las costuras
lastiman
los nudos encubiertos
tapo
las partes descocidas
con cualquier cosa
me enfrento con
los cierres
al no poder ocultar
los dientes de perro
los botones
parecen forúnculos
a punto de reventar
II
siempre elijo
a pesar de saber que
—como dicen—
la única
responsable
es una misma
no entiendo
esa terquedad mía
de vestirme
por dentro
con atuendos que
sujetan demasiado
y no permiten
tomar aire
III
pasar la yema
de los dedos
sobre la tela
como si fuera
piel a estrenar
percibir
la incompatibilidad
notar la diferencia
entre gasa fría y nailon
imaginar el cuerpo
abrazado por esa trama
sentir como
rodean
las caderas
los senos
no va con mi silueta
el corte princesa
o el talle bajo
y abajo
el talle de princesa
es una ilusión
buscar la imagen
a ponerme
para cubrir
las sombras
propias y las
adquiridas
odiar el salvavidas
que me circunda
y tantas veces
me salvó de hundirme
IV
medirme el modelo
una y otra vez
analizar los pliegues
ver si las pinzas
del busto mienten
aumentando
lo poco que se tiene
para que estén
al alcance
de las miradas
recorrer con la vista
el ruedo
que deja ver
las rodillas:
muletas que sostienen
mi mundo
y, por último
elegir mentalmente
los zapatos
hacer la guerra
de los colores
con rabia
porque
el número
se vuelve búmeran
y se clava
en el esternón
ya que
no es lo mismo
calzar 35 que 40
y menos
la lágrima de tener
por altura 1,60 cm
V
permitirme ostentar
una mirada redentora
desechar esa
palabra cómplice
de la desdicha
negarme a
inventar fracasos
en los relojes
de la sangre
con las manos
acariciar la cintura
y sonreír
porque una sabe que
en la penumbra
del cuarto
ni la vestimenta
ni el calzado
tienen importancia
obedecer
el orden de la vida
y entregarle
al amor
el fuego del cuerpo
y como trueque
necesario
acordamos
mutuamente,
ensamblarnos,
ser la carne misma
¿o la misma carne?
¡es lo mismo!
escribir
en el goce:
lírica perfecta
ese instante
de gloria
y comprender que
sólo le corresponde
al corazón
descubrir
el paraíso
entre las piernas
las mujeres siempre elegimos
¡siempre elegimos!
¿siempre elegimos?
El
ritual
El rosal crecía contra el muro, silencioso,
distante de todo aquello que no fuera luz y agua.
Jubiloso, por años estiró sus brazos, intentando
alcanzar el borde de la tapia y curiosear la calle.
Cada agosto —mi madre— decidía la altura de su talle,
y él, sumiso, volvía a comenzar su itinerario...
Yo, con apenas siete años,
estiraba la mirada sobre la tierra,
como si fuera un manto delicado, para que
cada trozo que caía de su cuerpo, no se lastimará.
Así, por más de veinte años, vi ese ritual doloroso.
Mi madre lo amaba, estoy segura, siempre observando
si alguna plaga lo acechaba,
cuidándolo de los vientos y de los pájaros…
El cemento, años tras años fue cubriendo el patio,
desterrando, sigilosamente, las huellas de mi infancia;
solo el rosal, como reliquia,
ha quedado contra el muro.
Este invierno,
ha sido el más cruel de todos los que he vivido.
Mi madre se ha ido a otro jardín,
y me pregunto si allí, habrá rosales.
Es agosto, hay un ritual que debo realizar como un mandato,
pero, al ver el cuerpo del rosal,
deformado y tan herido,
a
punto de llorar digo:
¡Crece amigo! ¡Crece hasta sobrepasar el muro!
Que toda la gente se adueñe de tus rosas
y aromen el mundo.
(c) BEATRIZ TERESA BUSTOS
Beatriz Teresa Bustos nació el 5 de diciembre de 1950 en Villa
Nueva, Córdoba, Argentina.
Publicaciones:
*SIN TESTIGOS 2012
– ISBN: 978-987-1588-86-2, Ediciones Mis Escritos- Buenos Aires,
Argentina
*Yo. Vasija
(poesía) ISBN: 978-987-1977-93- 22014- publicado por Editorial
Mis Escritos, Buenos Aires Argentina.
*SONORO SILENCIO
(poesía y prosa) ISBN:978-987-33- 9792-9, impreso en “La
imprenta digital SRL”, Florida, Buenos Aires Argentina.
*Vestida de mortaja
(relatos) ISBN: 978-987- 42-2332-6, impreso en “La imprenta
digital SRL”, Florida, Buenos Aires Argentina.
*LA NADA DE TODO
(Poesía)- ISBN:978-987-42 3507 7, “La imprenta digital SRL”,
Florida, Buenos Aires Argentina.
*ANTOLOGÍA POÉTICA,
(Exilio interior 1995, Lobezna dramaturga 1996, Beberse el
último sorbo de las sombras 2005) ISBN: 978-987-42-7344-4 - La
imprenta digital SRL, Buenos Aires Argentina, abril 2018.
*ELIJO TUS MANOS…
ISBN:978-987-4004-76-5 - Ediciones Mis Escritos. Buenos Aires
Argentina- diciembre 2018
*PALOMA ROJA.
ISBN: ISBN: 978-987-778-103-8, “La Imprenta Digital SRL”,
Florida, Provincia de Buenos Aires, Argentina
*RACIMOS ISBN:
978-987-86-3044-1 - Edición de Autor- enero 2020
*ITINERARIO
- ISBN 978-987-86-4463-9-
agosto 2020
Ha participado en Antologías, y obtuvo numerosos Premios y
Menciones en Poesía, Haiku, Cuento y literatura infantil en:
Argentina / Alhaurin El Grande: (Málaga); Otxarkoaga / (Bilbao);
Barcelona, Madrid y Valencia de España. / Montevideo (Uruguay).
/ Jalisco-Guadalajara (México). / Tumbes (Perú). / Tortona
(Italia). / Caracas, (Venezuela) / Miami (Florida, EEUU). /
Cochabamba (Bolivia) / República Dominicana.
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