Me pidieron que diera una opinión
sobre la muerte de Johnny y pensé en escribir un texto llamado
“Cash es el Rey”, porque eso es lo que realmente siento. Lisa y
llanamente, Johnny era y es la estrella polar: te orientaba al
navegar. El más grande de los grandes, entonces y ahora. Lo
conocí en el ‘62 o ‘63 y lo vi mucho durante esos años. No tanto
en los últimos tiempos, pero de algún modo estaba conmigo más
que mucha gente a la que veo todos los días. A principios de
los ‘60 no había muchos medios musicales. Sing out! era la
revista que cubría todas las noticias típicas del folk. Los
editores habían publicado una carta donde me castigaban por el
rumbo que estaba tomando mi música. Johnny les contestó con
una carta abierta diciéndoles que se callaran la boca y me
dejaran cantar, que yo sabía lo que estaba haciendo. Eso fue
antes de conocerlo, y esa carta fue todo para mí. Todavía
conservo ese número de la revista. Por
supuesto, yo sabía de él mucho antes de que él hubiera oído
hablar de mí. En el ‘55 o ‘56, “I Walk the Line” sonó en las
radios todo el verano. Era algo diferente a todo lo que habíamos
escuchado. El disco sonaba como una voz que venía del centro de
la tierra. Era poderoso y conmovedor. Era profundo, y así
también eran su tono y cada uno de sus versos: hondos y ricos, a
la vez imponentes y misteriosos. “I Walk the Line” tenía una
presencia monumental y cierta humillante majestad. Hasta un
verso tan simple como “Es demasiado, demasiado fácil para que
sea cierto” da una idea de lo que era. Basta recordarlo para
darse cuenta lo lejos que estamos hoy de algo así. Johnny
escribió miles de versos como ése. Él es, en verdad, la
esencia de la tierra y el territorio, la encarnación de su
corazón y de su alma y de todo lo que significa estar aquí. Y
todo eso lo dijo en un inglés llano. Creo que podemos recordarlo
pero no definirlo, así como no podemos definir una fuente de
verdad, de luz y de belleza. Para saber qué significa ser
mortal, no tenemos más que volvernos hacia el Hombre de Negro.
Bendecido con una profunda imaginación, Johnny usó ese don para
expresar todas las muchas causas perdidas del alma humana, y eso
es algo milagroso y humillante. Escúchenlo y siempre volverán a
sus cabales. Johnny se eleva muy alto sobre todas las cosas y
nunca morirá ni será olvidado por nadie, ni siquiera por los que
aún no han nacido, especialmente por los que aún no han nacido.
Y así será para siempre.
(c) Bob Dylan
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