Día de muertos
Nací en el país de las calaveras dulces.
Ahí nos comemos los huesos, los nombres.
Cada muerto tiene su sabor,
piel de azúcar o amaranto,
ojos azules o de lentejuelas.
¿Juguete o premonición?
También la dulzura envejece.
Se venden memorias para disfrazar
la breve sepultura de la infancia,
estatuas para lamerse el recuerdo.
Mañana seré ausencia azucarada.
(
c)Elizabeth Delgado Nazario