A MI IMAGEN Y SEMEJANZA 

 

Ante todos, oculto una cara desconocida,

 

y muestro descarada la otra, la distinta,

 

la que trata de reír y siempre lo logra,

 

y a la que le presta rubor una mariposa fugitiva.

 

 

Bajo una capa de barniz marinero, está escondida la verdadera,

 

no son vanos los esfuerzos, soy creíble,

 

y descansan tapadas las decididas formas de mi cara de sombras.

 

 

Cabe en una lágrima esta inquietud.

 

Como en la paz del gato

 

mis garras están ocultas,

 

y no encorvo mi lomo para defenderme.

 

 

Con estas manos febriles tejo una red

 

que te enlaza con jazmines marchitos en amarillo.

 

 

Contra toda razón, contra toda lógica: estuve a tu lado.

 

 

De espaldas y porque no quiero vaticinios agoreros,

 

tiro del hilo que te piensa mío.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ENSILLANDO A PEGASO

 

 

 

Mi alma voló en busca de la tuya,

ensilló a Pegaso y se elevó hasta el cielo,

el alcanzarte fue su meta y su ruta,

acicateó su grupa, con espuelas de viento.

Rechazó ser un águila,

se vistió de paloma,

con aleteo suave, aceleró su vuelo,

y así, en plan inexorable

persiguiendo tu ruta,

fue víctima propicia,

y la tea encendida

de un sol de lava ardiente

que la ahogó con su fuego.

 

 

 

 

 

 

BOCAS

 

Con los ojos en otoño miro a mi vieja mochila.

cansada también ella de viajes sin llegada.

No recuerdo si le di la diaria ración de ilusiones.

Al levantarla del piso, su gran boca de cierre relámpago

apura la última bocanada de aire antes de la clausura.

La uno a la mía y murmuro entre sus dientes de metal la buena nueva.

Hoy, es un hoy distinto, un hoy posible,

un hoy dibujado en las hojas de ruta del transcurrir.

Nervaduras de savia nueva

indican tu norte, y este sur mío, tesonero, te sigue.

Las dudas ya no quedan a la intemperie,

están sepultas y no duelen.

Todo mi yo es un baile frenético,

calzo mis zapatos de tap,

ciño en mi cabeza la gorra que me da de comer,

aumento la dosis de esperanza y juego a ser feliz.

Vos,

dejás de ser no luz

y te disfrazás de farola,

Ahora, apuesto a la calma y sólo espero tu boca para reconocerme.

 

 

 

 

(c) ALICIA CORA FERNÁNDEZ