Voyages II
--And yet
this great wink of eternity,
Of rimless
floods, unfettered leewardings,
Samite
sheeted and processioned where
Her
undinal vast belly moonward bends,
Laughing
the wrapt inflections of our love;
Take this
Sea, whose diapason knells
On scrolls
of silver snowy sentences,
The
sceptred terror of whose sessions rends
As her
demeanors motion well or ill,
All but
the pieties of lovers' hands.
And
onward, as bells off San Salvador
Salute the
crocus lustres of the stars,
In these
poinsettia meadows of her tides,--
Adagios of
islands, O my Prodigal,
Complete
the dark confessions her veins spell.
Mark how her turning
shoulders wind the hours,
And hasten
while her penniless rich palms
Pass
superscription of bent foam and wave,--
Hasten,
while they are true,--sleep, death, desire,
Close
round one instant in one floating flower.
Bind us in
time, O Seasons clear, and awe.
O minstrel
galleons of Carib fire,
Bequeath
us to no earthly shore until
Is
answered in the vortex of our grave
The seal's
wide spindrift gaze toward paradise.
Viajes II
--Y
aún en éste parpadeo de eternidad
De
inundación sin bordes, sotavento sin trabas
Las
mismas sabanas y cortejos donde
Su
vasta y silenciosa combadura hacia la luna
Sonríe con la envolvente inflexión de nuestro amor;
Toma
este mar en cuyo diapasón tañen
En
pergaminos de plata níveas sentencias
El
cetro del terror de cuyas sesiones arranca
Señalando en su sano o enfermo semblante
Todo
excepto la piedad de las manos de los amantes.
Y
hacia adelante las distantes campanas de San Salvador
Saludan al azafranado lustre de las estrellas
En
ésa florecientes praderas de sus mareas,--
Adagios de islas, oh mi prodiga
Completan las oscuras confesiones que sus venas derraman
Y
señalan cómo gira sus hombros en el viento de las horas
Mientras precipita sus ricas palmas sin dinero al
Transcurrir títulos de espumas encorvadas y olas que se
Apresuran mientras sean verdad sueño, muerte, deseo
Al
acercarse un instante alrededor de una flotación de flores.
Guárdanos en éste instante, Oh clara Estación y temor reverente.
Oh
galeones cantores del abrasador Caribe
Déjennos en la costa no terrenal antes
De
que vuestra respuesta en el vórtice de nuestra tumba
Derrame el amplio sello del rocío del mar al contemplar el paraíso