Poesía del Harlem
Algunos poemas referenciales
Estando en las calles del Harlem no podía dejar de pensar y sentir que ese barrio inmenso tiene una mayor afinidad de tonos, gentes y climas, con los barrios de las afueras de Caracas que con la misma ciudad de Nueva York, a la que este sector de la comunidad negra pertenece. Por otra parte, una historia de movilizaciones y de luchas, de gente segregada, que la connotan como una localidad cercana a nuestra realidad continental y a nuestra contingencia. Una vez, uno de sus poetas, Countee Cullen, en los años '20, planteó públicamente la necesidad de afirmar una cercanía con los movimientos de lucha del continente y del mundo. Conocido es también el diálogo de otro de sus prestigiosos creadores, Langston Hughes, con Nicolás Guillén y con Miguel Hernández, a quienes abrazó cuando aproximó la solidaridad del Harlem a la causa de la República, en Madrid y en Valencia, en tiempos de la Guerra Civil. Momentos, en fin, de una historia que se fue modelando en legítima defensa y humanidad, y en sueños y derechos propios. Algunos recuerdan con emoción la visita de Fidel Castro, en 1960, a escasos meses del triunfo de la Revolución Cubana. Otros, a la vez, refieren la estadía del líder Nelson Mandela, y su visita a escuelas públicas e instituciones. Las luchas, las encrucijadas, el conjunto de signos profundos del Harlem, confirman una historia tan sostenida como estremecedora. Hay una literatura, un fundamento, una raíz cultural, inclusive una muy firme producción artística, que va desde la música hasta la pintura, y que alientan la evidencia de una vida comunitaria que nunca renunció a ser, aun estando en vecindad —con unas pocas avenidas entremedio— de las calles del mayor centro financiero de Occidente. A veces ignorados, otras veces, tantas, perseguidos, los poetas del Harlem encarnan uno de los tramos o capítulos más singulares del espíritu y de las letras y las poéticas del continente. "Yo sueño un mundo/ donde el hombre no desprecie al hombre", dice uno de los poemas recordados de Langston Hughes, a lo que nosotros damos nuestra memoria y también nuestro saludo.
Eduardo Dalter
Poemas tomados del libro “Harlem: los
blues de la historia”, de Eduardo Dalter; Ediciones
del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2010.
Traducción de los poemas al español: Eduardo Dalter y
Nidia Santa Cruz.
(1903-1946)
DESDE LA TORRE OSCURA
No siempre sembraremos mientras otros recogen El dorado aumento del fruto a punto; No siempre el semblante abyecto y mudo Para que los hombres menores sujeten a sus hermanos despreciables; No eternamente mientras otros descansan Nosotros encantaremos con flautas dulces sus limbos; No siempre nos inclinaremos ante lo sutil y brutal; No fuimos hechos para llorar eternamente.
Arna Bontemps (1902-1973)
LOS DESPUNTADORES DEL ALBA
No venimos a librar una batalla con espadas sobre esta colina, No es el deseo desolar la vida ante una obstinada voluntad. Aunque bien moriríamos como algunos murieron Agitando un camino hacia el sol renaciente.
Langston Hughes (1902-1967)
JUSTICIA
Esa Justicia es una diosa ciega, Una cuestión de la cual nosotros somos entendidos: Su venda esconde dos llagas que supuran Donde quizás en algún tiempo hubo ojos.
YO TAMBIEN SOY AMERICA
Yo también canto, América.
Soy el hermano más oscuro. Ellos me mandan a comer a la cocina Cuando vienen invitados. Pero yo me río Y me alimento bien Y crezco fuerte.
Mañana Me sentaré a la mesa Cuando vengan invitados. Nadie se animará A decirme "Ve a comer a la cocina".
Entonces, Ellos además verán qué hermoso soy Y se sentirán avergonzados.
Yo también soy América.
James Baldwin (1924-1987)
TÚ ESCRIBES…
Tú escribes para cambiar el mundo, sabiendo perfectamente bien que probablemente no puedas hacerlo, pero también sabiendo que la literatura es indispensable para el mundo ... El mundo cambia de acuerdo a la forma en que la gente lo ve, y si tú modificas, aunque sea por un milímetro, el rumbo, la gente lo vería como una realidad; entonces tú puedes cambiarlo.
June Jordan (1936-2002)
7 DE ABRIL, 1999
Nada es más cruel que los soldados que ordenan a la viuda que esté agradecida de estar viva todavía.
LLAMANDO A
LAS MINORÍAS SILENCIOSAS
Necesitamos
tener un encuentro
Que no ha
sido
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Lexia agradece al poeta Eduardo Dalter por el envío de este material