Lo
para siempre insoportable
Has
visto, me pregunto, has visto
la
cara de tus hijos
sin
entremirar el espejo.
Has
visto -Ella pregunta- has visto
el
cuerpo de tu mujer
(sencillamente el cuerpo de tu mujer), .
sin
aritmética, con los ojos como máquinas voladoras,
no con
los ojos como palomas de trono y de altar,
con la
boca como criaturas de agua cruda,
no
para estar como muerto donde lo muerto.
Has
visto (preguntamos) has visto
a la
mujer del rito de la ausencia,
al
laberinto de donde húmedo saliste
para
permanecer desde entonces en fuga,
tanteando la oscuridad con manos de verdugo,
a puro
látigo la luz como un lugar inhóspito,
violento.
Siempre fuiste mi espejo
el
común aire
el
borde del huracán
la
espuma sin orillas de mis labios
el
silencio turbio masticándonos,
imponiendo apellido a lo vomitado, lo doloroso,
lo
para siempre insoportable.
Mi
pequeño juez.