LINA ZERÓN
(Ciudad de México, 1959)
Hoy escribí tu nombre bajo la almohada
y no me sentí sola.
ODA MAYOR
A mis amigos en el exilio
Patria mía,
quién pudiera volver a beberte
en la copa de una mirada,
a sentir tu paisaje
adentrándose en el alma.
A mirar tus hombres,
tus niños,
tus mujeres,
creando de nuevo la esperanza,
entre las ruinas del odio caminando,
extendiendo otra vez
la mano amiga y compañera.
Y,
entre todas las manos,
la mano del ausente,
la mano del que se fue por el río,
de los que cayeron esos días,
antes del alba, en las sombras,
cercenados de fuego,
de tortura y espanto.
Quién pudiera volver a verte
con estos ojos de niebla
cuando me atropella el llanto.
(de “La espiral de fuego”, 1999)
MORADAS MARIPOSAS
Fui semilla de sol plantada en la tierra,
parida por un tornado de agua,
entre polvo estelar y alarido de colores.
Yo quería nacer mariposa,
águila,
y que me crecieran doradas plumas,
pero nací higuera de enormes raíces
y me salieron ramas
y de las ramas hojas
y me nacieron ojos en la corteza.
De las hojas brotaron palomas,
acunaron suspiros mis rojos dedos,
mis manos abanicaron tinieblas
y probé la manzana del Edén.
Supe del sabor de la sangre
y me punzaron los huesos,
aprendí a llorar con mi sombra
y a cargar la cruz del fruto de María,
pero también probé la miel sagrada de la rosa,
la carne del cordero,
tuve sangre virgen en las venas
y entre mis piernas el jugo de Adán corrió.
Mi vientre parió moradas mariposas
que alimenté con savia pura de abeja
y me convertí en olmo
para defender los frutos
y ni sequías
ni tempestades
arrancaron mi tronco de la tierra.
Cantaron muchas primaveras con sus inviernos,
maduraron los higos, a la vida cayeron,
se olvidaron de este árbol
y desnudas quedaron mis ramas.
Dejé de ser higuera y olmo,
me crecieron alas
y en las plumas colores
y en los colores agua
y me convertí en pez-golondrina.
Mis lágrimas humedecen las escamas
y los suspiros hacen volar mis alas
cuando veo las semillas que mis frutos dieron.
Soy feliz de haber nacido higuera,
volverme olmo
y ahora ser pez-golondrina
sin nido fijo y sin cadenas.
CORTESANA
Soy la mujer que duerme en la jaula con los leones
/al ponerse el sol.
Carne cruda como de sus pestilentes fauces,
lamo sus recovecos denigrantes,
y, sin importarles, prueban cada mes mi sangre.
Me he dejado ultrajar por conveniencia,
soy mansa por una retribución,
abro mis posiciones
para conseguir prodigios mayores,
mejores pagas.
Todas las noches meto al sol en mi cama
y caliento deshilachados cuerpos.
A veces suplico ternura desde el fondo de mi alma,
desde el encierro de mi jaula
repleta de vacíos inconmensurables,
pero ellos no escuchan.
El mundo me desprecia,
yo lo ignoro.
Vivo para alimentar a las bestias
con mi carne.
Soy libre de volar si quisiera,
de escapar,
mas, no tengo a donde ir...
Pertenezco a esta jaula.
UN GRAN PAÍS
Vivo en un país tan grande que todo queda lejos:
la educación,
la comida,
la vivienda.
Tan extenso es mi país
que la justicia no alcanza para todos.
(de “Moradas mariposas”, 2002)
JARDÍN EN LLAMAS
Te amo porque tus labios
saben a claveles y magnolias,
tu espalda a frescas hojas,
tu pecho a trino de gorriones,
tus piernas a rojo sauce,
tu sexo a enjambre de abejas.
Porque tu cuerpo es fuego de artificios
que explota en horizonte nuevo,
se inundan mis entrañas de sonidos.
Los jugos de mi almendra
a incienso de violetas huelen.
En tus dedos, infinita noria soy.
Me acaricias con ternura de algodones,
colmas mi vientre con frutos esmeraldas.
Porque eres curva perfecta
que se amolda a mi cuerpo,
conviertes en jardín mi corazón en llamas.
(de “Vino rojo”, 2003)
A TODOS LOS HE AMADO
Te advierto que cuando muera,
ellos buscarán mis cenizas
esparcidas en el viento,
recordarán el rojo profundo de mis besos
y el azul revuelto de mis mares.
Volverán a la playa de olas satisfechas,
donde mi piel gemía en sus cuerpos,
se buscarán en cada uno de mis poemas
y en silencio gritarán mi nombre ante el espejo.
A todos los amé por igual:
nunca necesité descanso o más pulmones,
todos tuvieron su sitio y su tiempo,
siempre tejí océanos de ternura
con hilos de caricias en cada encuentro.
La vida pasa y la lluvia seguirá cayendo,
Mas, día a día recordaré cada nombre,
cada rostro, torso, manos, boca,
los “te quiero” y las despedidas.
Así que hoy tu traición no me derrumba,
hoy el amor encerró a sus mendigos;
todo será perfecto,
tú vendrás oliendo a fresco,
bien vestido,
cabello en orden;
yo besaré tus labios
y en tus labios, te prometo,
recordaré todos las bocas que he besado.
(de “Nostalgia de vida”, 2005)
LETANÍA
Benditas las mujeres que protegen el fruto de su vientre,
asumiendo la parábola de su belleza bajo un delantal,
aquellas que lavan su rostro con el manto de la rutina
y aprenden a alzar la voz , aunque sólo se tenga la voz.
Benditas las mujeres que arrastran la cruz de impuras,
regando su futuro con lágrimas de ausencias,
que encuentran purificación en el agua de cualquier río
y tejen amores dispersos en el manar del tiempo.
Benditas las mujeres que se enamoran,
las hechiceras de la noche,
las que comparten el fuego de las bodas del cuerpo
en la consagración de la piel.
Benditas las que gritan lo que el corazón profesa,
las que escuchan y las que imponen su palabra,
también las que callan su verdadera pasión,
sobreviviendo como agua estancada y triste.
Benditas las que enfrentan el nido vacío,
reviviendo cada noche el éxodo desde su origen.
Benditas las que son tormenta, río sin cauce,
a las que llaman locas, revoltosas,
liberadas, feministas,
y son capaces de atropellar al viento con una mirada.
Benditas las hembras con fracturas y fragmentos.
Benditas Nosotras, matriz del universo.
GITANA AZUL
Hace mucho fui gitana azul,
tiré mis cartas con la mano izquierda,
mientras la otra tocaba con desprecio tu recuerdo.
Cadenciosos futuros reverberaron en mis labios
y el sol de marzo calentó mis andariegas manos
que me condujeron al viejo edificio de tu cuerpo.
Ayer, fui una iglesia colmada de oraciones,
un ángel cercando el cuadro de mi santo preferido,
-“San Judas Tadeo, en ti confío mis secretos”-
mi moral sujeta con alambres ortopédicos
porque este amor que por él siento
es un disfraz de noche de espantos mal cosido.
Hoy, tú eres ave carroñera despavorida tras los restos,
que me busca fuera y dentro de sus delirios,
entre las letras del teclado
donde a veces soy luminoso texto,
otras oscuridad de invierno
pero nunca la misma.
Mañana seré cirquera,
prestidigitadora,
¿y tú? una ronda de poemas
tirados por esta talladora de la vida,
entre los versos de mi último libro.
En el futuro serás ni 2 segundos por teléfono.
(de “Consagración de la piel”, 2007)
Lina Zerón (Ciudad de México, 1959). Estudió Relaciones Internacionales en la ENEP Acatlán, UNAM. Entre sus libros figuran: “La espiral de fuego”, “Moradas mariposas”, “Vino rojo” “Nostalgia de vida”, “Ciudades donde te nombro”, “Consagración de la piel” y “La herida invisible”. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, catalán, portugués, servio, ruso, esloveno, italiano, árabe, rumano y holandés. Cuenta con numerosos reconocimientos y premios literarios. Sus textos aparecen en diversas antologías y en revistas nacionales e internacionales. Ha sido invitada a numerosos encuentros literarios, tanto en América, Europa y Asia, entre los que se cuentan: Festival Internacional de poesía de Granada, Nicaragua, 2005-2008, Poetas de Mundo Latino, 2006, Festival Internacional de Poesía de Medellín, 2008, Poetas Latinas en Francia, 2007, Marché de la Poésie, 1999, 2007, Festival de Poesía en Irán, 2007, Festival de Poesía de La Habana 2000-2007. Además, es parte del comité organizador del Festival de Poesía de La Habana, Cuba, desde el 2000 y Coordinadora General del Festival “Poetas del Mundo, Voces para la Educación” Toluca, México. Ha sido Coordinadora del comité organizador internacional del Encuentro de Mujeres Poetas en el país de las nubes, desde 2001. También es la directora y editora de Linajes Editores.
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