Nicolás Antonioli responde
‘En cuestión: un cuestionario’
de Rolando Revagliatti
Nicolás Antonioli
nació el 19 de enero de 1985 en la ciudad de Florida, provincia
de Buenos Aires, la Argentina, y reside en la ciudad de
Martínez, en la misma provincia. Es Profesor de Literatura.
Dirige el sello editorial Baldíos de la Lengua y condujo
diversos programas radiales. Participó como poeta y como editor
en numerosos festivales y encuentros de su país, de América y de
Europa. Organizó eventos de poesía y dio conferencias en varias
instituciones. Su obra fue traducida al quechua y, parcialmente,
al inglés, italiano, macedonio, montenegrino y alemán. Obtuvo
primeros y segundos premios, así como menciones en muchos
certámenes. Fue incluido en antologías y difundido su quehacer
en revistas soporte papel y también electrónicas. Entre 2004 y
2017 publicó los siguientes poemarios:
“Sentires del alma”,
“Se necesitan ojos”,
“Muñecas / Maniquí /
Muñecas”, “Mansalvar”,
“Mano emplumada”,
“Monólogo alucinado e
interminable del sargento Cabral” y
“Las carnes ayunas”.
-------------------------
---------------------------------------
1:
¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se
trataba?
NA:
Si tomo a la creación artística en general, podría decir que mi
primera obra fue una ilustración en tinta china y crayones,
sobre una madera de pino, que aún conservo porque se trataba de
una tabla de picar que fue un regalo para el día de la madre.
Tenía cuatro años y aún era analfabeto. La obra fue hecha en
octubre del año 1989, bajo la más estricta presión y apuro,
contrarreloj. En la misma aparecen unos seres demoníacos,
cabezas con pies, sin manos (una suerte de protoemojis, ahora
que lo pienso), pero lo más llamativo, que en realidad fue una
observación de mi madre, fue la ilustración, casi se podría
decir que vectorial, de una rata. Lo intrigante fue que había
dibujado ese roedor sin siquiera haber visto uno antes. Ese
dibujo, casi sin modificaciones, forma parte del logo de mi
editorial Baldíos en la Lengua.
Si, en cambio,
tengo que dar cuenta de la primera creación literaria, debo
nombrar aquel cuento sobre la caída del muro de Berlín, que
escribí a los 9 años. Lo no menos extraño fue que relaté, con
algunos aciertos notables, lo que aconteció por esos días, pero
sin conocer los detalles de lo que realmente había ocurrido.
Como los datos históricos precisos me eran ajenos, partí de la
simple idea de un muro caído en Berlín y traté de imaginar qué
tendría que haber ocurrido y por qué; los datos cuasi reales
afloraron inexplicablemente. El cuento hablaba de los dichos de
un periodista y de cómo los medios podían manipular o impulsar
la voluntad popular. Ese cuento obtuvo una felicitación con nota
excelente y una recomendación de publicación.
----------------------------------
------------------------------
2:
¿Cómo te llevás con la
lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la
velocidad, con las contrariedades?
NA:
La lluvia es vida.
Las tormentas son el éxtasis de esa vida. La sangre es parte de
lo vivo. Estudié veterinaria un tiempo, así que la sangre me
tiene sin cuidado, es poesía líquida. La velocidad es lo que
deseo ante ciertas contrariedades del tránsito. Algunas
contrariedades evitan que el desastre se produzca.
---------------------------------
-------------------------------------------------------
3:
“En este rincón” el
romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro rincón”,
por ejemplo, William Faulkner y su
“He oído hablar de ella,
pero nunca la he visto”. ¿Tus consideraciones?
NA: La
palabra “inspiración” según el diccionario significa:
“Estímulo o lucidez
repentina que siente una persona y que favorece la creatividad,
la búsqueda de soluciones a un problema, la concepción de ideas
que permiten emprender un proyecto, etc., especialmente la que
siente el artista y que impulsa la creación de obras de arte”.
Ahora bien, pareciera que todos los conceptos que utilizó o creó
el romanticismo hoy gozan de desprestigio en los ámbitos
intelectuales, o son motivo de burla. Llámese como se llame,
científicamente hablando, hay una serie de relaciones modulares
y conexiones neuronales, bastante estudiadas en neurociencia,
comprobadas mediante la evidencia, que indican que existen
activaciones de diversas regiones del cerebro durante el acto
creativo. Es evidente que Faulkner no llegó a conocer los
tomógrafos y resonadores magnéticos que se desarrollaron una
década después de su muerte.
--------------------------------
-------------------------------
4:
¿De qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?
NA:
Me llama
poderosamente la atención la vida y forma de ser de Xul Solar,
no tanto así sus pinturas, sino su filosofía de vida, sus ideas,
su concepción del arte y el mundo, sus búsquedas creativas, sus
métodos de escritura, el trabajo con el lenguaje y la creación
de nuevas lenguas.
También me atrajo
mucho la vida del español Leopoldo María Panero, sobre quien
trabajé uno de mis últimos textos monográfico-poéticos, y
precisamente me situé en su discursividad extraliteraria, para
abordar sus modos de expresión cotidiana que, por momentos,
poseen destellos de la más excitante poesía.
-------------------------
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach
------------------------------
5:
¿Lemas, chascarrillos,
refranes, proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?
NA:
“Siéntate en el portal de tu casa y verás el cadáver de tu
enemigo pasar”;
“Todo lo que deba ser mío vendrá a mis
manos, si no, es porque no lo necesitaba”;
“En la tierra de los ciegos el tuerto es
rey”;
“No por mucho madrugar amanece más
temprano”;
“Menos averigua Dios y perdona”;
“A río revuelto, ganancia de pescadores”;
“Soy puntualmente impuntual”;
“Al que madruga nadie lo ayuda”;
“Hagas lo que hagas todos vamos a morir”;
“Uno encuentra su destino justo cuando está
escapando de él”.
Ante la invitación o
posibilidad de comer alimentos dulces, o de ponerle azúcar a
algo: “Sí, porque para
amarga está la vida”.
Nicolás Antonioli con Carla Vom Rosenkranz, Fabián Mamaní,
Fabián Leppez, Santiago H. Aparicio, Nay Kibler, Veronisia
Raggio, etc.
---------------
----------------------------
6:
¿Qué obras artísticas
te han —cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has
quedado, seguís quedando, en estado de perplejidad?
NA: La obra
completa de Alejandra Pizarnik me estremeció y me dejó perplejo
la primera vez que la leí, al igual que
“Las mil y una noches”;
en ambos casos aún continúa esa sensación. También me sucedió
algo parecido con las obras de Osvaldo Lamborghini, Oliverio
Girondo, Miguel Ángel Bustos, Juan Gelman, Jorge Fernández
Chiti, Charles Baudelaire, Olga Orozco y Juan Carlos Bustriazo
Ortiz.
Nicolás Antonioli con Cristian Wachi Molina, Mariana Vacs,
Adriana Borga, Mercedes Gómes Dela Cruz, etc.
-----------------------------
-----------------------------
7:
¿Tendrás por allí alguna
situación irrisoria de la que hayas sido más o menos
protagonista y que nos quieras contar?
NA:
Infinidad. Puedo mencionar dos, relacionadas con mi calidad de
automovilista por las rutas de Argentina y México. La primera
tuvo lugar en la ruta 151 de la provincia de La Pampa, también
llamada “de la muerte”, porque es una de las carreteras más
peligrosas del país, dado que está plagada de inmensos pozos y
desniveles (de esto me enteré gracias a un enorme cartel al
costado de la ruta cuando ya no tenía posibilidad de retorno).
Para resumir, la ruta no tiene banquina, es doble mano, muy
estrecha y con una intensidad de tránsito de camiones de gran
porte bastante fluido. A la altura del pueblo de Puelén
reventamos un neumático, de esto me di cuenta varios kilómetros
después, ya que dentro del auto no se sentía la diferencia. El
auto empezó a corcovear. Con toda la tranquilidad del mundo me
dispuse a cambiar la rueda averiada. Cuando intenté extraer la
de auxilio del compartimiento, advertí que le había puesto un
candado de seguridad con clave de tres dígitos. Confiado en mi
memoria para todo lo referido a contraseñas, coloqué la que
siempre utilizo. Era incorrecta. Probé con la siguiente posible.
También incorrecta. Seguí empecinado y fallando en reiteradas
oportunidades. A todo esto, la noche pampeana caía espesa y el
zumbido de los camiones dotaba a la escena de una atmósfera
dantesca. Se hicieron cerca de las 12 de la noche y los errores
se habían acumulado hasta el borde de la desesperación. Terminé
cediendo a la idea descabellada de mi pareja, quien insistía en
cortar el candado con un cuchillo tramontina. Con mucha
dificultad, desesperado, con las manos ensangrentadas, pero
firmes en la tarea que parecía absurda, pudimos cortar el famoso
candado. Una vez sorteada esa contrariedad salida de una
película serie B, y luego de colocar la rueda en su sitio, el
auto no arrancó, porque se le había agotado la batería. Me había
olvidado de apagar las luces, de hecho, me hubiese resultado
imposible realizar todas esas maniobras desopilantes sin el
resplandor de los faros. Cuestión que apelamos a una estrategia
poco ortodoxa, pero efectiva. Apagamos todo, cruzamos los dedos,
dejamos descansar el auto cerca de media hora y giramos la
llave. Costó, pero funcionó, poco a poco el auto se fue
“recuperando” y logramos llegar ilesos al pueblo más próximo.
El otro episodio
ocurrió en la isla de Cozumel, México. Habíamos alquilado con mi
pareja un automóvil convertible para pasear por la isla con más
comodidad. El alquiler, supuestamente, era uno de los más caros,
pero el tipo de cambio del momento nos beneficiaba bastante, lo
que hacía que el gasto fuese casi ínfimo para nuestro
presupuesto. Nos dieron el escarabajo descapotable. Nada que ver
con la foto del catálogo. Destartalado, escupía humo, consumía
combustible de una manera escandalosa. La caja de cambios y el
embrague casi no existían, al igual que los frenos. Carecía de
tapa de combustible, por lo que el excesivo calor del Caribe
mexicano hacía que éste se evaporase. Recuerdo que, en un tramo
del recorrido, nos metimos en una calle que había sido cortada
porque se estaba disputando una carrera de motocicletas; me
harté, apagué el motor y empecé a arrastrar el auto con los
pies, marcha atrás, porque el bólido no respondía. Así anduvimos
un largo trayecto para ahorrar nafta. Cuando ya nos habíamos
acostumbrado a maniobrar el escarabajo, aconteció una tormenta
tropical repentina. Tuve que conseguir una bolsa de nylon para
proteger la entrada del tanque de combustible, y que no se llene
de agua. Con ese nivel de adrenalina completamos la otra mitad
del recorrido. Cruzando los dedos para no quedarnos varados en
mitad de la ruta. Cuando llegamos al local de alquileres la
tormenta se disipó en menos de un minuto, y volvió a salir el
sol abrasador.
Nicolás Antonioli con Esteban Charpentier, Cristina Piña,
Marta Cwielong, Romina Funes y Eduardo Bechara Navratilova
--------------------------
Nicolás Antonioli con Cristian Wachi Molina
-------------------------------
8:
¿Qué te promueve la noción de “posteridad”?
NA: Estimo
que es una meta ilusoria, pero meta al fin. En sentido estricto,
pienso que, aunque no suceda nunca, uno como escritor o artista
debe tener en claro que cualquier creación propia, sea buena o
mala, es pasible de trascender y aportar algo a esa
“posteridad”. Es decir, ese concepto de “posteridad”, aunque uno
no quiera, está presente en cualquier actividad artística y hay
que tratar de dar lo mejor para que esa trascendencia sea digna.
La posteridad es un imaginario, una utopía, que ordena de algún
extraño modo ese sentido del ridículo. En otras palabras, el
hecho de que un libro o poema pueda ser leído después de nuestra
muerte, configura lo que entiendo como “posteridad” y me obliga
a tener un compromiso más profundo con la palabra.
Nicolás Antonioli con Esther Pagano
---------------------------------
Nicolás Antonioli con Cristina Iglesia
-------------------------------
9:
“¿La rutina te aplasta?”
¿Qué rutinas te aplastan?
NA:
La rutina de los cumpleaños (al margen de que soy de
capricornio, nunca me gustó festejarlo en la niñez y menos en mi
edad adulta, no me creo tan importante como para exigir que una
determinada cantidad de gente se reúna año tras año para
festejar mi nacimiento), de las fiestas de fin de año y de
cualquier conmemoración. Siento que atan a la sociedad, que no
dejan progresar. Terminemos con la violencia de la navidad,
dejemos a las infancias en paz, de nada vale seguir propagando
la mentira. Si quieren creer en historias maravillosas, lean
literatura. Planten un árbol, no lo talen ni disfracen de manera
bizarra con borlas y luces de colores. Es patético e increíble
que esa rutina siga existiendo en pleno siglo XXI.
Nicolás Antonioli con Esther Pagano
--------------------------------
10:
¿Para vos, “Un estilo
perfecto es una limitación perfecta”, como sostuvo el
escritor y periodista español Corpus Barga? Y siguió:
“…un estilo es una manera
y un amaneramiento”.
NA:
Ahora que lo pienso, creo que sí. Lo dije, con otras palabras,
en una entrevista que me hizo Claudia Ainchil para la radio del
Congreso de la Nación, hace unos años. La búsqueda de un estilo,
o una voz propia, como algunos lo llaman, no es algo que ansíe,
por esto que señala Barga de que constituye una limitación. Creo
más bien en la ductilidad del estilo, o mejor aún, en la
capacidad del escritor para asir el estilo que la obra requiera,
sin limitaciones, sin tabúes ni prohibiciones de ningún tipo.
Darle a cada obra la voz o las voces que necesita.
Nicolás Antonioli con Esther Pagano, etc.
----------------------------------
11:
¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te
despiertan algún grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan
instantáneamente?
NA:
Los sucesos que me producen mayor indignación, me hartan al
instante y a la vez me generan algún grado de violencia son las
injusticias de cualquier tipo y las trabas burocráticas.
Nicolás Antonioli con Fredy Yezzed, etc.
-------------------------------------
12:
¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia
compartirías con nosotros?
NA:
Recuerdo una magnífica tarde de verano de mediados de los años
`90, cuando convertí el gol que le dio la victoria definitiva al
equipo de mi barrio, luego de un extenso partido que se había
prolongado por más de tres horas. Fue la primera y última vez
que paseé en andas en mi vida.
Nicolás Antonioli con Gonzalo Geller, etc.
---------------------------
13:
¿En
los universos de qué artistas te agradaría perderte (o
encontrarte)? O bien, ¿a
qué artistas hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran
en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?
NA:
Bueno, en realidad eso me pasó literal. El escritor mexicano
Manuel Parra Aguilar me incorporó como personaje en dos de sus
relatos que forman parte de su libro
“Contrataciones”
(Editorial Jus, 2009). En sentido más amplio, me gustaría
perderme en las obras surrealistas de Salvador Dalí, o en la
música de Charly García o Gustavo Cerati. También encuentro
tentador perderme en el ilusorio
“Necronomicón” de
Lovecraft y en “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” de Borges, por
nombrar sólo dos obras que me han impactado, ya sea por su
existencia o precisamente por el juego con la inexistencia.
Nicolás Antonioli con Jorge Boccanera, Cristina Briante, Sabrina
Usach, Susana Murguía, etc.
-----------------------
Nicolás Antonioli con Lucía Carmona, Rubén Amaya, Esther Pagano,
etc.
-------------------------------------
14:
El silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las
sorpresas, la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te
resultan? ¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún
criterio, orientación o sentido?
NA: El
silencio es necesario antes, durante, dentro y fuera del poema,
y por extensión de toda obra artística. Me encanta el silencio
de las bibliotecas y de los museos de arte. Los gestos no creo
que graviten, son o no son, existen o no existen. La oscuridad
en mi niñez era el terror, el miedo; en la adultez constituye el
misterio, del que la creatividad se nutre en una primera
instancia. Las sorpresas, para mí siempre fueron sinónimo de
felicidad y alegría. El sistema capitalista me enseñó que
también existen las sorpresas desagradables. Prefiero seguir
creyendo en la concepción de sorpresa de la infancia. La
desolación no se la deseo a nadie. El fervor, nunca creí en
ningún fanatismo, y menos ahora. Si la intemperancia es parte
del acto creativo, bienvenida sea.
Nicolás Antonioli con Mariel Monente, Amadeo Gravino, Luis
Raúl Calvo, Mirta Venezia, etc.
-------------------------------
Nicolás Antonioli con Mariel Monente, Paco Rizzo, Amadeo
Gravino y Luis Raúl Calvo
--------------------------------------------
15:
¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad,
el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?
NA: Pienso
en el Dante, Cervantes, Francisco de Quevedo, Sor Juana Inés de
la Cruz, Oliverio Girondo, y en Jorge Luis Borges,
principalmente.
Nicolás Antonioli con Marta Minujín
-----------------------------------
16:
¿Qué apreciaciones no apreciás? ¿Qué imprecisiones preferís?...
NA: No
aprecio las apreciaciones, valga la redundancia, carentes de
crítica, la palmada en la espalda por que sí, deshonesta, vacía
de contenido. No es real que todo lo que uno haga merezca el
aplauso y la aceptación sin discrepancias. En ese sentido, me
gustaría que los y las colegas nos sinceremos un poco a la hora
de valorar una obra, de esa forma ganaría la Literatura.
Con respecto a las
imprecisiones, prefiero las que se dan en el poema, luego de un
profundo trabajo con el lenguaje, como residuo del acto de
creación, muchas veces de manera fortuita. Esas que hoy nos
parecen fuera de lugar, erróneas, incomprensibles, más de una
vez me demostraron que constituían pequeños destellos de
genialidad de lo por venir, es decir, de lo que entendemos como
nuevo. Lo que sucede es que las solemos anular, justamente,
porque todavía nuestra mente no está preparada para entender esa
nueva codificación.
Nicolás Antonioli con María Nieves Meme y Javier Defox
---------------------------------
17:
¿Viste que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora
o valora poco, y que en otros casos valora a personas que no
quiere? ¿Esto te perturba, te entristece? ¿Cómo “lo resolvés”?
NA: La
verdad es que nunca me pasó. Por lo menos, no lo recuerdo.
Siempre valoro a las personas que quiero y quiero a las personas
que valoro. Considero que tengo una especie de intuición,
advierto enseguida a quienes vale la pena querer y valorar, y
viceversa.
Nicolás Antonioli con Mishtol Algarroba y Vera Buendía
--------------------------------
18:
¿El
mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo
afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”?
NA: El
mundo humano es todo eso, los seres humanos son la verdadera
porquería del mundo. Me considero antihumano acérrimo, discrepo
con las prácticas “humanas” que destruyen el mundo literal. En
sentido estricto, el planeta Tierra es el único con vida en
miles de años luz a la redonda, por lo tanto, nunca puede ser
una porquería en comparación con los planetas yermos que
conocemos.
Sin embargo, aclaro
que “Cambalache” es uno de mis tangos preferidos, por lejos.
Nicolás Antonioli con Osmar Luis Bondoni
-------------------------------
19:
Por la fidelidad y
entrega a una causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los
tiempos y de todos los ámbitos) te asombran?
NA: Puedo
mencionar a Eva Duarte y a Ernesto “Che” Guevara.
Nicolás Antonioli con Natalia Romero, Melisa Sansotta, etc.
----------------------------
20:
¿Qué te hace “reír a
mandíbula batiente”?
NA: Muchos
cómicos de los años ´80, ´90 y 2000: el negro Olmedo (su humor
no se reduce al tratamiento de lo femenino, es mucho más amplio,
interpela a toda una sociedad, es atemporal en ese sentido,
trabaja con la idiosincrasia del supuesto “ser nacional”, se ríe
de eso, aplica una crítica irónica muy incisiva, todo lo demás
es habladuría), Antonio Gasalla y todos sus personajes, Enrique
Pinti, China Zorrilla, Alejandro Urdapilleta, el personaje
Pitito de Favio Posca (me parece el más desopilante y poético de
todos), Guille Aquino, Cacho Garay y, por supuesto, el genio de
Diego Capusotto. En todos los casos, lo que me hace reír es el
trabajo inteligente con los tabúes de la sociedad violenta. Ese
espejo, esa retrospección, es más eficiente que cualquier tipo
de imposición, y sirve para repensarnos y evolucionar. Si la
poesía no puede cambiar el mundo, considero que el humor está
cerca de lograrlo, el único límite es el caos, un transitar por
el borde de la locura más profunda de una sociedad enferma. El
humor trae esperanza.
Nicolás Antonioli con Pablo Duca y Sabrina Usach
------------------------------
21:
¿Cómo afrontás lo que
sea que te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos
o metas, lejos de lo que para vos constituya un ideal?
NA: Lo
ideal no existe, por eso es ideal, es lo que debería ser, pero
probablemente no sea. El pensar de manera idealizada puede
servir como parámetro, como guía, pero si las cosas no resultan
como uno las sueña o planifica, no pasa nada, era obvio que no
podía salir perfecto. Aunque si logramos aproximarnos a ese
ideal, entonces el disfrute, el goce y el placer acontecen como
una bendición. Estar lejos del ideal, en todo caso, es la
normalidad del mundo, hay que trabajar duro para acercarse lo
más posible al ideal, pero sin perder salud y vida en el
intento.
Nicolás Antonioli con Pamela Terlizzi Prina
---------------------
22:
El amor, la
contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has
ido relacionando con esos tópicos?
NA: El
amor, por suerte, tocó mis puertas hace varios años y estoy
felizmente casado. La contemplación es fundamental no sólo para
crear, sino para vivir. No puedo creer cuando veo a la gente,
celular en mano, perdiéndose la posibilidad de contemplar
paisajes, seres y cosas.
El dinero es una
invención humana que no debiera existir, sólo sirve para
complicar la existencia en ésta, nuestra única vida. En ese
sentido, pienso que todo debiera ser gratis, no hay razón para
establecer que el acceso al dinero repercuta en una mayor o
menor calidad de vida. El dinero convirtió al paraíso en un
verdadero infierno para muchos, y su escasez y mala distribución
es el origen del hambre en el mundo. Cambio dinero por tierra,
cambio oro por agua.
La religión es un
fanatismo literario incomprensible.
La política con
burocracia y falsa democracia es autoritarismo.
Nicolás Antonioli con Rita Santana, Luis Fernando Macías
Zuluaga, Sabrina Usach, etc.
----------------------
23:
¿A qué obras artísticas —espectáculos coreográficos, films,
esculturas, música, pinturas, literatura, propuestas teatrales o
arquitectónicas, etc.— calificarías de “insufribles”?
NA:
Cualquier musical inserto en series, películas, obras teatrales,
etc., siempre me dieron vergüenza ajena. No hablo de obras
musicales, ni óperas, ni obras derivadas, sino del concepto de
musical hollywoodense. En literatura me parecen insufribles las
obras infantiles y/o juveniles que subestiman a las infancias
con eufemismos, formas y contenidos que rozan la estupidización.
En relación a eso, también es insufrible, el atisbo de censura
que intenta establecer la segmentación por edades.
Nicolás Antonioli con Roberto Goijman, Romina Funes, Marta
Cwielong, Cristina Piña, Eduardo Bechara Navratilova y Esteban
Charpentier
-------------------------------------------
24:
¿Qué calle, qué recorrido de calles, qué pequeña zona transitada
en tu infancia o en tu adolescencia recordás con mayor nostalgia
o cariño, y por qué?
NA: La
esquina de Libertad y Beruti, en la localidad de Martínez,
ciudad en la que resido. Durante mi infancia, antes de asistir
al jardín de infantes, visitábamos esa esquina porque ahí se
encontraba y aún se encuentra un enano de jardín con su
espléndida carretilla repleta de flores. Esa pequeña estatua que
aún visito cuando tengo tiempo, siempre me trajo paz y
tranquilidad. Por otro lado, esa esquina está intacta, desde
aquellos años, es como un recorte del pasado agradable.
Otra zona muy
importante para mí son los lagos de Palermo, en especial el que
está junto al Planetario, y el Lago de Regatas. Allí pasé muchos
momentos felices, en esos lugares aprendí a contemplar y
comprender muchas cosas del mundo. En mi adolescencia tomó mucho
protagonismo la costa del Río de la Plata, principalmente la de
San Isidro y Vicente López. No podría vivir alejado del río.
Necesito saber que la ciudad termina abruptamente.
Nicolás Antonioli con Walter Artieda Aristizábal, etc.
---------------------------------------------
25:
¿Cómo reordenarías esta
serie?: “La visión, el
bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el
sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la
autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. Digamos que
un reordenamiento, o dos. Y hasta podrías intentar, por ejemplo,
una microficción.
NA: El
pensamiento, la visión, la lengua, el bosque, la ceremonia, el
azar, las miniaturas, la autenticidad, el sacrificio, el
sufrimiento, el desajuste, la danza, la ciudad, la muerte.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach, Robby Gutiérrez y
Pablo Duca
----------------------------------------
26:
“Donde mueren las palabras” es el título de un filme de 1946,
dirigido por Hugo Fregonese y protagonizado por Enrique Muiño.
¿Dónde mueren las palabras?
NA: Las
palabras morirán exactamente donde muera el último ser humano.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach, Beatriz Arias y Daniel
Arias
----------------------------------
27:
¿Podés disfrutar de obras de artistas con los que te adviertas
en las antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?
NA: Por
supuesto, puedo disfrutar de los poemas de Ezra Pound, de
Borges, y tantos otros escritores de derecha. Hay que separar a
la persona y su ideología, de la obra o hecho artístico.
----------------------------------
28:
¿Cómo te cae, cómo procesás la decepción (o lo que corresponda)
que te infiere la persona que te promete algo que a vos te
interesa —y hasta podría ser que no lo hubieras solicitado—, y
luego no sólo no cumple, sino que jamás alude a la promesa?
NA:
Si no lo solicité, lo tomo como una eventualidad que no se
concretó, tal vez un cumplido pasajero de la persona. En todo
caso no me ilusiono, tampoco me enojo, aunque, en el fondo, la
persona me decepcione un poco. En cambio, si lo solicité de
manera fehaciente, me prometen ayuda y no cumplen, se han ganado
el vacío y la indiferencia.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach en 2022
--------------------------------
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach, Enrique Solinas, Tati
Caccaro y Oscar Saavedra Villarroel
-----------------------------------
29:
No
concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admirás?
NA:
Admiro a todas las mascotas del mundo. No me explico cómo pueden
convivir en “armonía” con un animal tan dañino como el ser
humano. Un día pienso que se van a rebelar en masa y nos
extinguirán.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach y Fredy Yezzed
----------------------------
30:
¿Tus pasiones te pertenecen o sos de tus pasiones?
Pasiones
y entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general,
distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?
NA:
A veces me dejo llevar por las
pasiones, en especial las que me despiertan las injusticias
sociales y las incongruencias de ciertas normas o leyes que
considero absurdas.
--------------------
----------------------
31:
¿Qué artistas estimás que han sido alabados desmesuradamente?
NA:
Por suerte, los que fueron alabados desmesuradamente han caído
en el olvido. La historia se encarga de acomodar los tantos.
Ningún lobby trasciende la sepultura.
Nicolás Antonioli con Sandra Rini y Pamela Terlizzi Prina
----------------------
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach y Eduardo Bechara
Navratilova
--------------------------------------------------
32:
¿Acordarías, o algo así,
con que es, efectivamente,
“El amor, asimétrico por
naturaleza”, tal como leemos en el poema “Cielito lindo” de
Luisa Futoransky?
NA: Sí,
puede ser. Sería idealizar demasiado la idea de un amor
simétrico, donde ambos se amen con la misma intensidad, tengan
los mismos deseos, incluso la misma concepción sobre el amor.
Creo que cada ser ama a su modo y la otra parte acepta o rechaza
esa asimetría.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach
-----------------------------
33:
¿El amanecer, la franca
mañana, el mediodía, la hora de la siesta, el crepúsculo
vespertino, la noche plena o la madrugada?
NA:
La noche plena y la madrugada. Son los momentos del día en que
desarrollo mi escritura y plasmo mis ideas, ya sea desde mi
actividad literaria, como así también en mi actividad editorial.
Nicolás Antonioli con Roberto Fernández Retamar, etc.
--------------------------------------------
Nicolás Antonioli con Priscila Vallone
---------------------------------------
34:
¿Qué dos o tres o cuatro “reuniones cumbres” integradas por
artistas de todos los tiempos y de todas las artes nos
propondrías?
NA: Una
reunión cumbre de surrealistas de todo el mundo y de todas las
disciplinas artísticas, otra de rockeros hispanohablantes y
anglosajones, otra de vanguardistas del siglo XX y barrocos, y
otra de poetas contemporáneos que detesten (y realmente se
diferencien) la poesía barata que circula en Instagram y otras
redes sociales.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach
--------------------------------
Nicolás Antonioli con Sandra Rini y Fernando Figueras
----------------------------
35:
Seas o no ajedrecista:
¿qué partida estás jugando ahora?
NA:
No revelo mis
jugadas. Lo único que puedo decirte es que a la reina no hay que
perderla por nada del mundo.
Nicolás Antonioli con Sabrina Usach
--------------------------------------
Nicolás Antonioli con Rubén Derlis, Esther Pagano, etc.
---------------------------------------
*
Cuestionario respondido a través del correo electrónico: en las
ciudades de Martínez y Buenos Aires, distantes entre sí unos 18
kilómetros, Nicolás Antonioli y Rolando Revagliatti, enero 2022.
|