PAPELES EN LA NOCHE
Hay algo que no entiendo,
me dije. Una tabla, o
un retazo de
memoria, quedó en algún
lugar, o
bajo tierra. Un viento,
a veces, alguna
hora, dan indicios de
esa
pérdida o ese pozo;
como si una
raíz extendida hubiera
cesado en algún
tiempo (y en mí mismo);
una raíz
arrancada y puesta a
secar lejos;
lejos de la vida y de
las cosas.
EL HOMBRE DE BOLSO AL HOMBRO
El hombre de bolso al hombro
que va
en el estribo, agarrado
como puede, y ve pasar las
vías velozmente, con
sólo abrir su mano
llegaría no a la
próxima estación sino al otro
mundo, el mundo ciego
que lo mira, en la
mañana temprano, casi
noche, y en la tarde.
Pero él sigue, y el
país sigue, en el férreo
estribo de estos años,
entre señales y señales,
soberbias y soberbias,
canciones y canciones,
esperando que no llueva
ni truene, y en llegar a
la estación, aunque con
una tristeza que, a fuerza
de sola costumbre, ya
es casi una alegría que merece un
festejo.
FURGÓN DE CARGA
En el oscuro furgón de carga,
repleto de bicicletas viejas y triciclos,
viajan los cansados y los desolados
del tren. Hablan a media lengua, en
un lunfardo duro, en voz alta, mientras
sube un espeso olor a yerba, que
comparten. Pero en el fondo, reina el
vacío, que el país de estos años
inventó. Hay momentos en que crece
el silencio, que se hace de piedra en los
rostros, mientras las estaciones van
pasando, y es como si todos dijeran
algo íntimo y muy triste a la vez,
que nadie escucha.
AIRE DURO
Dos poemas
PROGRESOS
Bullen los suburbios, se
extienden febriles, en maderas, chapas oxidadas y
bolsas de consorcio; y así luce
el progreso, con perros, con cardos
y con zanjas, así como en un mapa vasto de lo que se
cuece y lo que talla, entre sol
y sol, lágrima y lágrima, que
las noches duras abrazan de viejo
hedor y de intemperie.
POSTAL
Resuena la música
desde el galpón de chapas, que luce
su cartel iluminado por dos
luces mortecinas, en la
esquina donde se juntan las
dos zanjas, una que llega al
espeso riachuelo y la otra
que se pierde entre baldíos. Aún
no llegó nadie, excepto esos
perros que están ahí como
esperando a alguien, o que
comience el festival bailable,
que por aquí, se ve, tiene ese
telón de fondo, mientras
los colectivos pasan raudos y
semivacíos por donde un día,
acaso, entrará con su viento
el futuro.
Eduardo
Dalter
(C) 2013
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