POEMAS
A ESA MUJER QUE AMO
A esa mujer que amo, la que me afina cada día el diccionario y aguarda en cualquier esquina a que ponga del revés el alfabeto.
Si. A esa. La de la segunda fila empezando, desde luego, por la izquierda, o la que está al fondo, oculta tras la columna; la que lleva el alma en cabestro y acaricia entre sus sueños la misma sien cóncava del aire; la que muerde la vida como un gorrión en celo y, a menudo, se queda preñada de poemas.
A esa mujer la quiero no sólo para mí, sino también para ti, y para todo aquel que aspire a sentir el galope veloz de la pirámide cuando juega a borrar desiertos.
A la misma que viste y calza o se desnuda en cada verso; la que siempre grita con voz temprana y se asoma entera al filo de una letra o se aferra a la pata del tintero como si éste fuera un chaleco salvavidas.
A esa le daré siempre toda mi existencia cada vez que la encuentre prendida al alfiler de un momento.
Diciembre 2007©Fernando Luis Pérez Poza Aprilia.Italia.
EL CANTO DE LA SIRENA
Al poeta mexicano Roberto Reséndiz, en las horas tristes que suceden a un naufragio.
Has probado el lecho de la hembra submarina, la picadura mortal de la sirena, sus cálidos senos, el almendrado vientre, ignorando el consejo de la divina Circe.
Has sentido su pisciforme atracción fatal, el néctar de su voz, la voz del agua, su canto lleno de promesas, y ahora estás herido de ausencia, tritón irritado, neptúnico ulises, atado al mástil de tu propia vida, el mismo que tú plantaste en el jardín del tiempo.
Sabes con certeza que jamás volverás a oírla y la has visto alejarse, con paso tenue, a escama descubierta. Desconoces el nombre de la ínsula que habita esa hechicera que derribó los muros de tu sacra Babilonia.
Era la rueda encerrada en el círculo, el último delirio, el que jamás se olvida, el hada de terciopelo que decía Baudelaire o quizá, simplemente, una quimera que te volvió realidad el corazón.
Enero 2007©Fernando Luis Pérez Poza Pontevedra. España.
SE BEBE EL OCÉANO A LOS MUERTOS
Se bebe el océano a los muertos, uno a uno, como negros caramelos de miseria; vacía en su estómago la cal de los huesos que aún no ha sido capaz de robar el hambre, y a nadie le resulta extraña su larga digestión desmemoriada, su empacho de tiburón caníbal, el fúnebre obrar de su intestino cuando devuelve a la playa el residuo más mudo del silencio.
¿Quién cerró con llave el horizonte? ¿Quién tejió la horca de las olas? ¿Quién empujó a la mar el kayuco o la patera?
Se bebe el océano a los muertos, los tritura con saña en su corazón de sal, los mastica con dientes de gigante y los reboza en bilis inhumana.
Y nadie dice nada. Y nadie sabe nada. Y nadie siente nada. Y lo que es peor: Nadie hace nada.
Se bebe el océano a los muertos y aquí seguimos todos, empeñados en coser fronteras de alambre, cavar tumbas sin lápida y negar el paso a la madrugada.
Marzo 2006©Fernando Luis Pérez Poza Pontevedra. España.
HOY EL DOLOR SABE A ANDÉN
A los familiares de las víctimas del 11-M
Hoy el dolor sabe a andén, a vía muerta, a tren sin carril, a corazón hueco de asesino y bomba desahuciada.
Hoy la vida huele a nudos, a nudos de sangre coagulada y mar batido de angustia, a estampida de miedo.
La muerte camina en espiral, es soledad espesa atrapada en un lento amasijo de hierros, es una pócima fatal, un largo otoño que revienta el aire y gira en remolinos ciegos.
¿En qué estación se bajó la conciencia? ¿De qué almanaque robó su tiempo el asesino? ¿Qué tren será capaz de atropellar a la muerte?
Duele, el dolor, duele, saca punta a la médula y rebaña la cal del hueso. Duele, el dolor, duele a laberinto de círculos y profunda tiniebla.
Marzo 2004©Fernando Luis Pérez Poza Pontevedra. España
YO SÉ QUE ESTÁS AHÍ
Yo sé que estás ahí, atrapada en el vértigo que desnuda al miedo, corazón de fuego que no se aviene a vivir sin jaula, amazona de honduras que no existen. Estás ahí. Entre dunas que humean soledad y recuerdos que congelan las venas, escuchando trompetas de silencio, como si el tiempo fuera un reloj parado y el mundo aún permaneciera quieto sobre el eje invisible de un andamio. Estás ahí, anclada en una taquicardia lenta de ánfora cineraria, derrochando féretros de angustia y sepulcros de tristeza, viendo discurrir la vida desde el ojo tuerto de un ciprés enfermo.
Estás tan dentro del crepúsculo que todo te parece noche y las sombras te miran con la herrumbre ciega de una vieja calavera. Es tanta la feria de amargura que te roe por dentro los huesos que ya no quedan sótanos vacíos, en el interior del tuétano, para esconder las penas y ahogar la voz de los espectros.
Pero no pienses que siempre será así, con hielos que atraviesan la tarde y pájaros sin alas que no cantan. Algún día saldrá el sol para ti con su risa bordada de amarillo infinito y el verso azul de un horizonte nuevo prendido en el ojal de la solapa.
Noviembre 2002©Fernando Luis Pérez Poza Pontevedra. España.
POEMA DE AMOR INFORMÁTICO
Hoy siento hambre de palabras nuevas, sosegadas y menudas, con acentos que penetren tan adentro en el pecho que hasta el corazón se salga fuera. Hoy me siento ávido de bytes y ternuras cálidas, de torrentes coronados de caricias que me escarben hondo el hueso y liberen todo el RDSI del sentimiento.
Hay tanta tristeza archivada en mi memoria, tantos megas de penas ocupando el disco duro de mis pensamientos que cada dedo tuyo sería una delete certera en mitad de mi sistema operativo. Hay tanto hacker de amor pirata surcando mis venas que no acierto con el run definitivo que te instale para siempre en mi hardware.
Hoy quisiera destapar el modem de tu cuerpo y por una vez acariciar tus pechos en formato carne y no .gif, .jpg o .cdr, responder a tus e-mails con la risa de mis labios y añadir tu piel sin zip al site de mis favoritos. Pero el KlezW32 de la distancia impide ese setup que necesito para arrancar del tuétano la tristeza y completar el easy cleaner de todos mis archivos obsoletos.
Febrero 2003©Fernando Luis Pérez Poza
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FERNANDO LUIS PÉREZ POZA – Biografía
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